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Reportaje realizado por Laia Ruich y Aitor Marichalar para TV3, Televisión de Catalunya

sábado, enero 24, 2009

Discutir sobre Dios en paz



El profesor Marín, amigo fiel de Fassman que nos ha enviado colabraciones desde el principio del proyecto, dejó ayer, en el libro de visitas de la web, un mensaje que supera cualquier calificativo elogioso. Dice:
"Querido maestro: Se que desde el cielo nos oyes y nos ves a nosotros, tus íntimos. Voy a contarte una noticia que te va a gustar. Actualmente, en España, una sociedad de ATEOS ha pagado una publicidad en los autobuses que dice: "DIOS NO EXISTE, DISFRUTA DE LA VIDA" y, al mismo tiempo, otra organización de evangelistas ha pagado otra publicidad que dice: "DIOS EXISTE, DISFRUTA DE LA VIDA EN CRISTO." ¡¡¡Qué bonito, querido maestro!!! Los hombres discuten por la existencia de Dios SIN TENER QUE MATARSE, SIN GUERRAS SANTAS. Sé que esta noticia hará feliz a un hombre como tú, un hombre de paz que siempre luchó por la armonía mental de todo el mundo.Yo ya tengo 73 años. Es probable que pronto me reúna contigo para siempre y tendré toda una eternidad para contarte muchas cosas que han sucedido desde que nos dejastes. Hasta pronto, Profesor Marín."
Profesor Marín, esperamos que aún le queden muchos años con nosotros para que pueda seguir difundiendo mensajes de paz y de concordia. Gracias por elevarnos el ánimo con su reflexión y recordar a todos cuantos así lo creen, que Fassman está con ellos.

miércoles, enero 21, 2009

Buscando a Andreas Faber-Kaiser


Nos acaba de llegar un email de Pau Tristany que reproducimos a continuación:

Me pongo en contacto con ustedes en representación del blog Podcastd'Andreas Faber-Kaiser:
El motivo principal es que estamos tratando de recuperar y divulgar los programas de radio que presentó y dirigió Andreas Faber-Kaiser en Catalunya Ràdio a finales de los 80 y principios de los 90. Dado que el señor José MirRocafort "Fassman" participó en alguno de estos programas de radio, de los que guardamos un especial recuerdo, les agradecería me indicaran si disponen de la grabación de alguna de estas intervenciones para que pudiéramos compartirla en nuestro blog.

Desafortunadamente, no tenemos ninguna grabación. Lo único que podemos hacer es difundir aquí la petición de Pau Tristany esperando que alguno de vosotros pueda colaborar con su blog. Faber-Kaiser era un leal amigo y admirador del profesor Fassman. Además de los programas de radio que menciona Pau Tristany, le hizo varios reportajes y la última entrevista que Fassman concedió en vida y que se publicó poco antes de su fallecimiento en la revista "Más allá de la Ciencia." Fue un reportaje extenso, interesante y digno, como lo eran todos los de Faber-Kaiser. Esperamos de todo corazón que aparezcan más grabaciones para que los aficionados a los temas esotéricos puedan disfrutar los programas de un investigador y divulgador que se distinguía, como pocos, por su rigor y su cultura.

A continuación añadimos la presentación que aparece en el blog de Pau Tristany.
"En este podcast podréis escuchar y descargar los ya míticos programas de radio de Andreas Faber-Kaiser que algunos de sus seguidores y antiguos oyentes nos encantaría compartir con vosotros.
Si no conocíais previamente la trayectoria radiofónica de
Andreas Faber-Kaiser, comentar que en verano de 1988 presentó en Catalunya Ràdio el ciclo «Què Volen Aquesta Gent?», dedicado al fenómeno OVNI. De 1988 a 1994 dirigió, realizó y presentó también en Catalunya Ràdio el programa de temática esotérica «Sintonia Alfa» alternado con el programa especial «Arxiu Secret».
Todos los programas aquí disponibles provienen principalmente de archivos de cintas cassette de los que aquí colaboramos, los cuales actualmente se encuentran en distintas fases de documentación, digitalización y/o restauración.
Esta iniciativa está abierta a cualquier tipo de colaboración, sugerencia y/o aportación que queráis realizar.
Agradeciendo por adelantado vuestro interés en esta iniciativa,
Pau Tristany
La imagen que ilustra esta entrada corresponde al blog de Pau Tristany.


lunes, enero 19, 2009

"Los embaucadores"




A partir de hoy, ofreceremos aquí extractos de la biografía en los que aparecen temas que pueden ser de interés por diversos motivos.
Los párrafos siguientes pertenecen al capítulo 19, “Los embaucadores,” en el que se plantean los motivos de la polémica que siempre han suscitado los espectáculos de mentalismo y se analiza en profundidad, como ejemplo, el espectáculo que el profesor Fassman presentaba en los teatros.

“Desde los primeros espectáculos llamados “psíquicos” que se presentaron a finales del siglo XIX, la polémica ha perseguido siempre a los profesionales del gremio. En el caso de Fassman, llegó a cobrar una virulencia tan desproporcionada que induce a sospechar motivaciones ocultas. Durante toda su vida profesional, a Fassman le llovieron los ataques desde tres frentes: la Iglesia, los escépticos y los ilusionistas. Sobre la hostilidad de la Iglesia quedan, entre otras evidencvias, las anécdotas que el mismo Fassman contaba de pueblos en que nadie asistía a su espectáculo por haberlo prohibido el párroco. En una entrevista que referimos en un capítulo anterior, Ferran Monegal deja su propio testimonio al respecto; “Yo recuerdo a mi abuelo,” dice Monegal, “hablándome hace años de un personaje inquietante y misterioso que recorría los pueblos de la Costa Brava asombrando a las familias piadosas con su poder mental y sus facultades hipnóticas, mientras los benditos párrocos se encerraban en sus criptas, asustados por aquella demoníaca explosión del ser humano. Aquel personaje –me decía mi abuelo- se llamaba Fassman.[1]
Diecisiete años después de su fallecimiento, aún le siguen saliendo a Fassman detractores que intentan demostrar que no era más que un embaucador. Ese empeño, casi obsesivo y tan incomprensiblemente perdurable, constituye en sí mismo un fenómeno curioso que vale la pena analizar en profundidad. De los escépticos nos ocuparemos al hablar de la segunda etapa profesional de Fassman. Aquí analizaremos la hostilidad de los ilusionistas intentando encontrar una explicación a la guerra declarada desde un bando al que debería suponérsele amigo.”
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“…la principal imputación contra los mentalistas, (fue) que se anunciaran como paragnostas o dotados de facultades misteriosas, y pretendiesen hacer pasar sus números por auténticos fenómenos paranormales. ¿Pero eran realmente fraudulentos esos anuncios? Es decir, ateniéndonos a la definición de fraude, ¿faltaban a la verdad con la intención de perjudicar a las personas a quienes iban dirigidos?
Los espectáculos de ilusionismo también se han presentado desde siempre con los apelativos más fantásticos. Muchos ilusionistas afirman ser magos y, por ello, entre la mayoría de la gente, el ilusionismo es considerado sinónimo de magia. La magia, sin embargo, es un arte o una ciencia oculta –según se mire- con la que se pretende alterar leyes naturales mediante ritos u oraciones. El ilusionismo no es magia porque no pretende alterar nada ni se funda en las creencias ancestrales de la magia. El ilusionismo es una serie de técnicas mediante las cuales se hace creer que se altera el orden natural mediante efectos que engañan al ojo del espectador. A nadie se le ha ocurrido nunca polemizar sobre ese engaño ni tildarlo de fraude. Los anuncios en los que el ilusionismo se presenta como magia, y el mago como ser maravilloso con poderes sobrenaturales son innumerables. Sirven de muestra algunos que hemos tomado al azar de ejemplares del periódico La Vanguardia de los años 30, en los que aparecen los nombres de los más famosos ilusionistas que se presentaron en España en las primeras décadas del siglo XX. “Fu-manchu. Maravilloso y sensacional espectáculo oriental. Lo más interesante, lo más bello de la nigromancia. Fu-man-chu, el mago de Asia.” El “mago” de Asia era, en realidad, un ilusionista inglés hijo de un ilusionista holandés. “Comitre, alquimista de Satán y notable manipulador, convierte el agua en licores para demostrar que son verdaderos.” “Li Chang, el demonio amarillo con su fantástica revista mágica.” Li Chang, en realidad, Juan Forns Jordana, nacido en Badalona, era un excelente ilusionista célebre por un número de escapismo en el que salía en segundos de un baúl cerrado con cadenas. “Horace Goldin. El Gran Goldin. El espectáculo más sorprendente del mundo de la magia y del misterio. Presenta, entre otras maravillas: La mujer a través del cristal. La maroma india. El árabe perforado. La pesca milagrosa. Sinfonía perdida en el espacio junto con el piano y la pianista. El milagro viviente. La mujer dividida por completo por una sierra circular. Presentados por el as de los magos, Horace Goldin, el mejor ilusionista de todos los tiempos.” Si este tipo de publicidad se considera aceptable, ¿por qué entonces se acusa a los mentalistas de fraude sólo por afirmar que pueden captar el pensamiento ajeno e hipnotizar a la gente?
Cuesta comprender que por dotar a su trabajo de una aureola de misterio, como los supuestos magos, los mentalistas fueran siempre objeto de polémica y se viesen atacados, tanto por los escépticos, como por los mismos ilusionistas. Unos y otros acudían a los espectáculos con la intención de desenmascarar al mentalista, y salían revelando trucos y proclamándose defraudados. ¿Puede decirse que el mentalista defrauda al ofrecer su trabajo y su arte para entretener al espectador que, en última instancia, ha pagado para que le entretengan? Intentaremos encontrar la respuesta analizando el espectáculo de Fassman.”
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“Fassman respondía a complejas preguntas de cálculos en cuestión de segundos sin que entre él y el espectador mediara intercambio de tarjetas. Todavía hay testigos directos de aquellos números. En una reseña de La Vanguardia de 1952, el periodista Z. dice: “Muchos de los experimentos de Fassman nos eran conocidos, pero no importa; siempre entretienen, subyugan algunos de ellos, los más rápidos, aquellos cuya preparación no peca de lenta, así los fenómenos en que la memoria toma parte, que es donde Fassman nos convence más por la claridad, rapidez, justeza de muchos de sus cálculos. El profesor dedicó un recuerdo al famoso Inaudi. Lo mejor del recuerdo fue que emuló sus glorias en las puras matemáticas.”[2]
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“En el número siguiente, llamado “Reconstrucción de un crimen,” un espectador debía conducir a Fassman, al parecer mentalmente, al lugar donde había escondido un martillo, un clavo y un puñal, luego a un espectador sobre el que había dibujado una cruz con una tiza, y finalmente al centro de la cruz dirigiendo la mano de Fassman para que pusiera allí el puñal.”
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El profesor Fassman apareció en dos programas distintos de “La vida en un xip.” En el primero, que ya mencionamos, del 7 de abril de 1989, participó en un debate sobre parapsicología, compartiendo la mesa con Andreas Faber Kaiser, respetado investigador de temas esotéricos que siempre manifestó una admiración sin ambages por el profesor Fassman, y Josep María Casas Huguet, presidente de la Sociedad Española de Investigaciones Parapsicológicas. Fue en este programa donde el profesor presentó el número de la “Reconstrucción de un crimen” y otro número de transmisión telepática de imágenes dibujadas en una pizarra; el mismo que había realizado en el programa “Identitats” de Josep Maria Espinás. Algunos asistentes, que se identificaron como ilusionistas, le acusaron de fraude.
En noviembre del mismo año, el profesor Fassman aceptó asistir a un segundo programa de la serie, éste dedicado a la hipnosis. Compartió mesa con dos amigos: el Dr. Ramón Sarró, célebre psiquiatra que contaba en su currículo haber sido alumno de Freud y catedrático de Psiquiatría de la Escuela de Medicina de la Universidad de Barcelona durante veinte años; y el Dr. Luis Linares de Mula, con varios doctorados y una pared del despacho empapelada con las matrículas de honor obtenidas en sus tres carreras y varias especialidades. Hablaron de la hipnosis; de su naturaleza, de las diversas explicaciones que se dan al fenómeno, de su utilidad terapéutica. En un momento del debate, de acuerdo con la dinámica del programa, se pidió al profesor Fassman que hiciera una demostración. El profesor repitió con cinco voluntarios los números de hipnosis que realizaba en el teatro y realizó una regresión hipnótica a una joven. Otra vez, había en el plató un grupo de espectadores que dijeron ser ilusionistas. Uno se levantó y empezó por referirse al programa en el que el profesor Fassman había realizado los números de telepatía, informando a la concurrencia y a los telespectadores que la “reconstrucción del crimen” era un número que hacían muchos ilusionistas, que no era más que un truco que él conocía, pero que no podía revelar por respeto a los ilusionistas que todavía lo presentaban. Eso demostraba, dijo, que eso era un “fraude y un engaño.” Es inevitable preguntarse por qué este señor negaba al profesor Fassman el respeto que decía profesar a sus colegas. ¿Porque Fassman presentaba esos números como pruebas de transmisión de pensamiento? Y los colegas de ese señor, ¿cómo los presentaban? ¿Acaso decían: “Voy a presentar un número que parece de transmisión de pensamiento, pero es truco?” ¿Por qué llamarlo fraude sólo cuando el número lo realiza Fassman? Después de la habitual acusación, el resto del grupo empezó a atacar los experimentos de hipnosis que el profesor Fassman acababa de realizar, diciendo que se trataba de un montaje. El presentador, viendo cuestionada su honestidad, preguntó a los que habían sido hipnotizados si tenían alguna relación previa con el profesor Fassman. De los cinco hipnotizados, dos señoras dijeron haber sido alumnas suyas. Los ilusionistas se aferraron al dato esgrimiéndolo como prueba de que todo respondía a un montaje previo. Se organizó una discusión airada entre quienes atacaban y quienes defendían al profesor Fassman. El profesor contemplaba, en silencio y sin inmutarse, el guirigay y los esfuerzos del presentador por demostrar que él no había tenido nada que ver. Intervino el Dr. Linares. Mencionó el éxito alcanzado por el profesor Fassman en su carrera artística; recordó cómo había dejado los escenarios cuando aún estaba en pleno apogeo; dio testimonio de los conocimientos del profesor y de la brillantez con que los impartía en sus cursos, algunos para médicos, de los cuales el propio Dr. Linares había sido alumno varias veces. Tras recordar que hacía muchos años que conocía al profesor Fassman, concluyó, rotundo: “No ha hecho de farsante en su vida.” Eso lo sabía perfectamente el que se había erigido en acusador desde el principio del programa, como lo sabían los jóvenes que le acompañaban. ¿Qué motivación pudo llevarles a acudir a un programa de televisión para desenmascarar a un hombre de ochenta años con un prestigio conquistado durante más de sesenta años de trabajo? ¿Envidia, resentimiento, un bajísimo grado de autoestima, la necesidad desesperada de aparecer un minuto en televisión? Sobre el incidente, el periodista J. Mª Baget Herms comentaba en La Vanguardia: “Está claro…que algunos asistentes al debate pretendían adquirir un protagonismo que en principio parecía reservado en exclusiva al profesor Fassman.”[3]
Durante toda su etapa artística, Fassman ayudó a muchos ilusionistas aceptando asistir a una de sus funciones y que su asistencia apareciera en la publicidad como reclamo, participando en homenajes y hasta actuando en el espectáculo del ilusionista sin cobrar. Queda constancia de este tipo de colaboraciones en las hemerotecas de todos los países en los que actuó. Elegimos aquí dos ejemplos en Barcelona: la primera vez, que sepamos, en que se anunció su asistencia al espectáculo de un ilusionista, evidentemente como reclamo, y la última vez que actuó con un ilusionista. El 10 de febrero de 1945 aparece un anuncio en La Vanguardia: “Cartex, el gran ilusionista, renueva sus éxitos en Rigat demostrando poseer el sexto sentido. En su honor asistirá el celebre profesor Fassman.” El nombre de Fassman aparece en negritas y en caracteres del mismo tamaño que los de Cartex. El 23 de junio de 1963 otro anuncio dice: “Teatro Barcelona. Clamoroso triunfo de dos figuras mundiales: Chang y Fassman. Por primera vez juntos en un grandioso espectáculo.” Como contamos en un capítulo anterior, Fassman, que acababa de retirarse de los escenarios, hizo un alto en sus cursos y consultas para ayudar a su anciano amigo.
En el último programa de “La vida en un xip,” el presentador dio por concluida la discusión volviendo a la mesa del debate para hacer las últimas preguntas a los invitados. Al profesor Fassman le preguntó primero si tenía algo que decir.
-No, no, gens[4] –contestó el profesor.
Alguien pudo adivinar en su silencio palabras que había dicho años atrás.
-Deixa’ls estar. Són uns infeliços.[5]
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“Si aceptamos…la telepatía, hay que aceptar, consecuentemente, que Fassman tenía la facultad de captar las emociones y pensamientos de otra mentes desarrollada a un grado extraordinario. La evidencia a favor de esta suposición es abrumadora. Durante los setenta y siete años en los que José Mir Rocafort exhibió en público sus facultades –tomando como punto de partida sus primeras exhibiciones por los cafés a los dieciséis años-, acumuló una cantidad ingente de anécdotas. Algunas son indemostrables y podrían atribuirse a una leyenda creada por una propaganda eficaz, pero otras sólo pueden cuestionarse desde la mala fe y sin ningún fundamento. Dice Alfredo Marquerie en el libro al que nos referimos en un capítulo anterior:
“El don de X para poder leer de verdad, sin simulación, sin vaguedad ni preparación tramposa alguna el pensamiento ajeno era de tal índole que en más de una ocasión le proporcionó serios disgustos, pues descubría detalles que a los interesados no les hacían ninguna gracia…”
Más adelante, Marquerie concluye con rotundidad:
“He conocido a tantos farsantes y simuladores en el género cultivado por X, que me hago cargo del escepticismo de la gente al no reconocer en este auténtico telépata una clara excepción. Pero podría seguir contando una inacabable serie de casos que acreditarían y aseverarían la absoluta formalidad de mis afirmaciones.”
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“Diecisiete años después de su fallecimiento, hay páginas en internet donde algunos ilusionistas fracasados y médicos mal informados aún intentan demostrar que Fassman era un fraude, poniendo de relieve la incuestionable importancia de su nombre.”


[1] Monegal, Ferran. Op. cit.
[2]Z. La Vanguardia, 13 de septiembre de 1952
[3] Baguet Herms, J. Mª. Opinión. La Vanguardia, 5 de diciembre de 1989,
[4] -No, no, nada
[5] -Déjalos, son unos infelices.


Anuncio de Horace Goldin: La Vanguardia, 24 de febrero de 1934
Anuncio de Cartex: La Vanguardia, 10 de febrero de 1945

jueves, enero 08, 2009

La Biografía

Han sido dos años de trabajo en los que ha faltado tiempo para todo lo que no fuera la biografía. Quien piense que el trabajo se volvió obsesivo, tiene razón. Pero, por supuesto, ha valido la pena. Digo en la introducción:


En junio de 2006, el alcalde de Sort, D. Agustí Lòpez Pla, habló de la necesidad de escribir una biografía del profesor Fassman advirtiendo que, de no hacerse, Fassman quedaría reducido, con el tiempo, a un personaje curioso de la leyenda local. Me sentí obligada a recoger el guante, en primer lugar, porque el alcalde tenía razón, pero además, por otro motivo de igual o mayor peso. A los pocos meses de su fallecimiento, se publicó un libro que pretendía ser una biografía del profesor Fassman. Se trataba de una especie de hagiografía llena de datos falsos, algunos recogidos de la propaganda artística, en la que Fassman aparecía como un ser extraño apenas conectado con la realidad. Ese libro llegó a distribuirse en España y en América. Era injusto que de una vida tan interesante y, en muchos aspectos, ejemplarizante sólo quedara una antología de anécdotas inventadas para consumo exclusivo de sus admiradores incondicionales."


El profesor Fassman merecía una biografía, como merece ser contada cualquier vida que se haya dedicado a hacer el mundo más habitable; una biografía de verdad con todos los tonos y matices de una vida auténticamente humana.


"...una biografía, no un anecdotario trufado de misterio ni un panegírico simplón. El personaje, hombre de una personalidad compleja y, en sentido literal, extraordinaria; con una vida que rozó, de principio a fin, lo inverosímil, y una relación con su entorno y con los demás que superó todas las convenciones, merecía un estudio a fondo, minuciosamente documentado, descrito y narrado con la máxima objetividad."
Todo esfuerzo por conseguirlo nos parecía poco. Los lectores juzgarán si lo hemos conseguido. De lo que no tenemos duda alguna es de haber hecho todo lo posible.

Por el momento, sólo podemos decir con certeza que el libro se presentará en Sort el 30 de abril de 2009, día del centenario del nacimiento del profesor Fassman en esta población. Se realizarán otras actividades para conmemorar la efemérides. Por supuesto, os mantenremos informados.
Otra vez, agradecemos a todos vuestra ayuda y os pedimos que no dejéis de escribirnos. El libro ha llegado a su fin, pero el estudio sobre la vida del profesor Fassman sigue abierto. Necesitamos vuestros comentarios, vuestras opiniones, todo cuanto podais aportar para que la obra del profesor Fassman siga viva y creciendo.
Mañana tenréis en la web unas páginas de muestra de la biografía.
Seguimos con vosotros,
María Mir

sábado, enero 03, 2009

feliz año nuevo

De todas las felicitaciones que hemos recibido, queremos compartir con vosotros la más sonora. Nos la envía el profesor Marín, ex alumno y amigo del profesor Fassman:

QUE 2009, sea un año de prosperidad para todos, que 2008 se convierta en un mal recuerdo, y que nuestro querido maestro Josep Mir Rocafort desde el cielo nos mande su bendición, por que el sabe que los currantes nos lo merecemos.Maestro, ayúdanos a que se realicen nuestros deseos. FELIZ NUEVO AÑO A TODOSProfesor Marín (un hombre de dos nacionalidades, la andaluza y la catalana) soy CATALUZ o ANDALÁN según se mire