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Reportaje realizado por Laia Ruich y Aitor Marichalar para TV3, Televisión de Catalunya

sábado, noviembre 10, 2007

La influencia del profesor Fassman, algo auténticamente paranormal

¡Más de un mes sin compartir las novedades con vosotros! Hemos vivido este tiempo con la sensación desagradable de que nos faltaba algo, pero era inevitable. La biografía del profesor Fassman nos está ocupando todo el tiempo. Hay que buscar documentos, visitar sitios, hablar con testimonios, y hay que cumplir con los plazos de redacción para evitar prisas a última hora.

Durante todo este tiempo, hemos seguido recibiendo mensajes de los visitantes de la web y de este blog contándonos sus impresiones sobre el profesor y algunas anécdotas. No podemos consignarlas todas, pero a todas las tomamos en cuenta con profundo agradecimiento. Hoy queremos compartir el testimonio de unos ex-alumnos del profesor que vinieron a visitar su casa y a hablarnos de él. Sus recuerdos corroboran lo que las evidencias demuestran: el profesor Fassman era lo que la parapsicología denomina un dotado o sensible, una persona capaz de acceder a ciertas percepciones por canales que aún se desconocen. Resumimos aquí lo que nos contaron. Cada cual podrá extraer su propia conclusión.


Ignasi Vilà Manuel y Maria Bardegí Corderas realizaron varios cursos en el Instituto Fassman durante la década de los setenta llegando a hacerse amigos del profesor. Ignasi recuerda que asistió al Instituto tras leer un anuncio en un diario sobre los cursos de Dinámica Mental. En aquellos momentos se estaba enfrentando solo a una situación difícil que no lograba comprender. En su laboratorio de fotografía se estaban produciendo toda la serie de fenómenos que en parapsicología se conocen como poltergeist. Un día el profesor Fassman tomó en sus manos la libreta que Ignasi utilizaba y, sin abrirla, empezó a hablarle de su vida, de su familia y de los fenómenos que le angustiaban. El profesor no quiso profundizar en el tema ni dar su opinión sobre el origen de los fenómenos. Se limitó a constatarlos. "Con todo lo que está pasando," le dijo, "tendrían que haber acabado contigo." Fue el propio Ignasi el que acabó con aquel episodio de su vida. Según confiesa, los cursos y la amistad con el profesor le transformaron. Los fenómenos paranormales no desaparecieron de su experiencia, pero aprendió a lidiar con ellos.
Es el laconismo del profesor lo que da mayor veracidad a la anécdota. Fassman nunca daba su opinión sobre el origen de los fenómenos supuestamente paranormales que le relataba un alumno o paciente que los estaba experimentando, a menos que pudiera darles una respuesta perfectamente inocua. En ocasiones alguien le decía estar sufriendo fenómenos de este tipo y confesaba haber consultado el asunto con un supuesto vidente que había apuntado a algún amigo o miembro de la familia como causante de todos los males. Entonces el profesor se pronunciaba sin ambages desautorizando al vidente en cuestión. La irresponsabilidad con la que algunos profesionales de la adivinación le decían a un cliente que estaba sufriendo los efectos de la magia negra o algo similar, le sacaba de quicio. Trataba cada caso con suma cautela y extremaba la precaución cuando se convencía de que, en efecto, lo que le relataban podía tener un origen paranormal.

Maria, la esposa de Ignasi, nos cuenta otra anécdota que para ella resultó inolvidable. A finales de los setenta secuestraron a una chica, hija del hermano de unos amigos. Enseguida recurrieron al profesor Fassman. La chica estuvo tres días secuestrada y, durante ese tiempo, el profesor señaló varios lugares en un mapa diciendo que la estaban traladando de un sitio a otro. Finalmente, el profesor señaló el lugar donde la dejarían. Los secuestradcores dejaron a la chica en el lugar del Montseny que el profesor había señalado. Analizaremos esta anécdota y muchas otras análogas en el apartado de la biografía que dedicaremos a la percepción extrasensorial. Como mentalista, Fassman utilizó en su espectáculo todos lo trucos conocidos y algunos de su propia cosecha. Al igual que todos, anunciaba en la propaganda sus dotes telepáticas. Lo que le significó entre los mentalistas de la época e incrementó su fama durante más de cincuenta años fue la evidencia de que, en efecto, estaba dotado de lo que llamamos percepción extrasensorial.

Maria e Ignasi nos contaron muchas cosas más durante su visita a la casa y el desayuno que compartimos en el Hotel Pessets. Ignasi nos regaló, además, varias fotografías que él mismo hizo al profesor y otras de la celebración de su septuagésimo cumpleaños. Nuestra conversación dio para mucho más que una entrada en este blog. Seguiremos refiriéndonos a ellos al tratar de otros temas y esperamos que aún puedan contarnos muchas cosas más.
Poco después de despedirnos de Ignasi y Maria, recibimos otra visita profundamente emotiva. Sara Muñoz Lángara, también ex-alumna del profesor, se desplazó hata Sort con su amiga, Mari Angels Vinyoles, sólo con la intención de visitar la tumba del profesor. No pudieron verla porque los restos del profesor no descansarán en su pueblo hasta el 2009, pero procuramos que su viaje no fuera en balde enseñándoles la casa y algunas cosas del profesor. Por supuesto, estuvimos hablando. Sara nos contó sus experiencias como alumna y el modo en que el profesor y sus cursos la habían ayudado a superar circunstancias difíciles. José Mir Rocafort, el profesor Fassman, falleció hace dieciséis años. Que después de tanto tiempo le recuerden y emprendan un viaje largo para ver sus cosas es, sin duda alguna, la mayor evidencia del bien que hizo a sus alumnos y pacientes. Gracias a todos en su nombre.

Y no podemos hablar de testimonios sin destacar que en Sort muchos vecinos han hurgado en sus memorias para contarnos lo que recuerdan de él o lo que oyeron contar a sus padres y a sus abuelos. Son testimonios imprescindibles en los que surge lo que fue este pueblo durante todo el siglo pasado con una calidez y un color muy difíciles de encontrar en un libro de historia. En la próxima entrada les ofreceremos un resumen de lo más interesante que nos han contado.

Terminamos con buenas noticias. Si nada se tuerce, nuestro amigo Rodomago vendrá desde Buenos Aires en el 2009 para ofrecernos una conferencia-espectáculo dentro de las actividades del centenario del nacimiento del profesor. Como habrán leído en otras entradas, Rodolfo Larrart es, además de mago, coleccionista y a él le debemos la película "Fascinación" en la que el profesor actuó en 1949 y de la que pueden ver dos escenas desde la web, programas y anuncios de las distintas épocas en las que el profesor actuó en Buenos Aires.

Otro amigo, Raimons, nos comunica el deseo de asistir a las actividades del centenario junto a Luis Pardo, Wody Aragón y Anthony Blake. Sort será una fiesta con lo mejor de los mejores. Entonces sentiremos, como nunca, que la fiesta no pueda concluir con un espectáculo del profesor Fassman.

domingo, septiembre 23, 2007

Soriguera


Subiendo desde Sort por la carretera de la Seu d'Urgell, que es hoy una vía moderna, amplia, bien señalizada, tramo del Eje Pirenaico que conecta Lleida con Girona y Cataluña con Andorra, aparece a la derecha, poco después de Vilamur, un pueblo de casas que bajan escalonadas hacia el valle: Soriguera. El nombre tiene una importancia vital en la biografía del profesor Fassman. José Mir Rocafort pasó los primeros tres años de su vida, tal vez alguno más, en el molino del pueblo, una casa de piedra hundida en el valle umbrío, junto a un río de aguas rojas que se despeñan en cascadas llenando el valle con un constante rumor que acompaña la algarabía de pajaros invisibles.

El lugar, los extraños personajes que allí conoció, las circunstancias mismas que le habían llevado y le retenían allí influyeron, sin duda, en la personalidad y la futura trayectoria del profesor. La casa surge frente a un bosque de fresnos muertos, en medio de una vegetación exhuberante. La fachada de piedra roja y argamasa, las elaboradas dovelas, los portalones recios, las ventanas sugerentes parecen ignorar que el viejo molino se derrumba sin remisión. Grandes agujeros y techos derruídos invitan a asomarse a lo que fue la vida en aquella casa y a imaginar. No cuesta nada sentir la presencia de un niño solitario vagando por el monte, saltando sobre las piedras del río, preguntándose, tal vez, qué habría más allá de aquel rincón del mundo.


En la biografía procuraremos reconstruir aquellos años oscuros basándonos en documentos y en los recuerdos de terceros, pero lo que vivió aquel niño apartado de su casa por una decisión que hoy nos resulta incomprensible, sólo podemos atisbarlo con la imaginación. El misterio de ese mundo escondido invita, desde luego, a especular sobre la naturaleza del destino. El hombre en el que aquel niño se convirtió, no habría podido fabular una infancia más adecuada a su leyenda que aquella que el destino, en realidad, le deparó.

La magia de los magos nos sigue asistiendo


Nuestro amigo, Nestor Rodolfo Larrart, Rodomago, que coloboró con nosotros al principio del proyecto enviándonos programas de actuaciones del profesor Fassman en Buenos Aires, de su propia colección, y una copia digitalizada de la película "Fascinación", filmada en Buenos Aires en 1949, en la que el profresor Fassman actuó junto a Arturo de Córdoba y que pueden ver en le web "Fassman, la biografía", vuelve a contribuir al proyecto con unos recortes de prensa de la época en los que se anuncia el espectáculo de Fassman en Buenos Aires y Córdoba.
Como se verá en la biografía, el profesor Fassman quiso envolver en un cierto misterio la etapa de su vida que transcurrió entre 1956 y 1960. La colaboración de Nestor Larrat fue decisiva. Su primer programa nos permitió tirar del hilo para sacar a la luz un perído de tiempo que permanecía oculto. Se comprende el agradecimiento con el que le recordamos deseándole siempre los más grandes éxtios en sus varias actividades.




Entrada relacionada: "Fascinación"
Las escenas de la película "Fascinación" en las que aparece el profesor Fassman pueden verse en las páginas "Vídeos" y "Magos y mentalistas históricos" de la web "Fassman, la biografía"

jueves, septiembre 20, 2007

Nuevo libro de Miguel Aracil



Miguel Aracil nos comunica la aparición de su nuevo libro “Montserrat, montaña mágica,” una reedición ctualizada y ampliada de la primera que se publicó hace veinte años. La edición actual incluye, como novedad, capítulos sobre el Grial, Himmler, la SS y los OVNIS. Para más información, podéis consultar la página web de Miguel Aracil: http://www.miguelaracil.com/. sección novedades.

Enhorabuena y éxito!!!

martes, septiembre 11, 2007

Fassman en Mar del Plata recordado por un admirador


"Hola estimadas Sras. Me presento. Soy Juan Carlos Russo, actual presidente de la Asociación Argentina de Radiestesia, www.radiestesiaargentina.netfirms.com."
Así empezaba el mensaje que nos escribía un admirador del profesor Fassman. Ofrecemos a continuación su testimonio, contado con un estilo narrativo que aumenta su interés.
Corría el año 1956/57, y el Prof. Fassman efectuaba su presentación en un desaparecido teatro de la calle San Martin de Mar del Plata, ciudad Balnearia a 400 kilómetros al Sur de la Buenos Aires.(http://www.mdp.com.ar/fotos/5/) http://www.mardelplatawebcam.com.ar/mapa_de_camaras/) .

En esos años, los alumnos del nivel secundario comercial, compusimos un equipo de ajedrez para competir en los torneos intercolegiales. Varios de nosotros nos interesamos en la hipnosis leyendo libros y efectuamos, con la irrespondabilidad de adolescentes, algunas prácticas con éxito, basándonos en la capacidad de concentración que nos diera la practica del ajedrez. Entre esos libros había uno del Profesor Fassman.

Imaginad que espectativa despertó en el grupo la llegada de semejante gigante internacional de la hipnosis a nuestra Ciudad.¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ Primero fuimos a ver su presentación y quedamos encantados. Cuántas veladas pasamos comentando lo visto.¡¡¡¡¡¡¡ Decidí volver, por segunda y tercera vez, para profundizar y analizar lo que veía.

La tercera vez, encuentro al Profesor Fassman tomando un café en el establecimiento vecino al teatro. Tímidamente, me puse a su lado, le saludé y le pedí permiso para hacerle unas preguntas sobre su actuación. Clavó su mirada profunda en mis ojos como haciendo una radiografía, su capacidad de percepción y conocimiento de lo gestual hizo que, muy cordialmente, aceptara. Luego que le conté lo hecho en base a su libro y lo visto en la representación, se sonrió y me dice: "Solo trato de difundir los beneficios de la hipnosis. Para poder llevar mi mensaje a la generalidad de las personas, debo tener entradas financieras para poder llevar a buen fin mis ideas, debo hacer este tipo de presentación que igual efectúo con todo respeto por el público."

"Maestro," le dije. "Oobservé que Ud. no trae personas previamente preparadas con poshipnosis para hacer más fácil su presentación."

"Es que no acostumbro usar esa práctica," me respondió. "Tampoco lo permitiría este tipo de giras por el mundo. Prefiero hacer pasar un gran número de personas y seleccionar aquellas más sensibles para desarrollar el espectáculo en el tiempo destinado para eso."

"Profesor," continué. "Mi conocimiento sobre el tema lo fui haciendo con algunos compañeros de estudios. Leímos libros, muchos fueron del francés Paul Clement Jagot, y efectuamos algunas experiencias memotécnicas, pruebas de Cumberlandismo, autosugestión, pruebas de sensibilización y varias dehipnosis, incluídas las pruebas con animales como gallinas, conejos, palomas. Pero la velocidad con la que Ud. hace lo mismo es algo fantástico. La prueba del Cumberlandismo extraodinaria y sobre todo las pruebas de fascinación que efectúa en algunos sujetos de manera vertiginosa. Jamás habíamos tenido referencias de algo asi en el mundo."

Fassman esboza una amplia sonrisa ante ese muchacho de 16 años que le interroga y, con tono paternal, dice:

"Mira, en realidad lo que hago es científico pero, algo hay en mi que facilita las cosas. No he cesado de investigar en los temas de la parapsicología. He tenido pruebas personales de ciertas facultades. Pero no todo se presta para un espectáculo en el que la gente busca entretenimiento, sorpresa y emociones nuevas. Me amoldo a la concurrencia y cambio sobre la marcha, según el ambiente en cada función."

Luego dice:

" Ya se acerca la hora de comenzar. ¿Concurres tu?"

"Si, Maestro," le respondí.

"Muy bien nos vemos."

Me extiende la mano y estrecha la mia con vigor, como en todo lo que se le ve hacer, tal era su despliegue su energía.

En el espectáculo me permite ser la persona que le guía por el pulso en búsqueda de un objeto de un espectador que se esconde en las ropas de otro asistente.

Esta prueba la efectuaba de dos maneras según quisiera, con los ojos cerrados, abiertos, vendado y, como en todo, a gran velocidad y con eficacia en los resultados.

Me sentí impresionado porque ese día, la función fue algo más allá de lo visto en las dos oportunidades anteriores. Lo percibí como un obsequio de sus conocimientos.

Fue, es y será un recuerdo imborrable para toda mi vida porque, gracias a sus palabras, pude incursionar en los difíciles y a veces ingratos caminos de la parapsicología.

Juan Carlos Russo
Buenos Aires, Argentina, septiembre de 2007
Agradecemos profundamente el testimonio de Juan Carlos Russo y la colababoración que nos ofrece, además de brindarnos la oportunidad de conocer la interesante web de la asociación de radiestesia que preside. http://www.radiestesiaargentina.netfirms.com

martes, agosto 28, 2007

portal de magia y mentalismo en la web


Fassman, la biografía, estrena un portal dedicado exclusivamente al ilusionismo y a los profesionales de la ilusión. Pulsando en el icono que encontraréis en la página de inicio con el epígrafe Ilusionismo llegaréis a un portal donde os ofrecemos notas biográficas de ilusionistas históricos, tiendas donde comprar efectos de magia, libros clásicos y novedades editoriales sobre magia y mentalismo con enlaces a los lugares donde podéis encontrarlos, asociaciones de ilusionistas de varios países y magos y mentalistas actuales con sus correspondientes enlaces para que podais contactar con ellos.



En nombre del profesor Fassman hemos querido dedicar este portal a sus colegas ilusionistas como reconocimiento a su labor y en agradecimiento por la gran ayuda que nos han brindado desde el principio de este proyecto aportando información y documentos sobre la carrera artística del profesor. Se trata, por lo tanto, de un servicio completamente gratuito. Para la elección de enlaces y artistas hemos realizado búsquedas exhaustivas en la red y nos hemos guiado por el criterio de enlazar a páginas que ofrecieran calidad y seguridad, y a profesionales de prestigio. Por supuesto, no están todos los que son. Por eso nuestro portal estará siempre abierto para incluir las tiendas y profesionales que quieran aparecer en él y para recbir cualquier sugerencia que querais hacernos para mejorar la información. Repetimos que el servicio es gratuito.



Esperamos que estos nuevos contenidos aporten distracción y conocimientos a todos nuestros visitantes profesionales, aficionados o espectadores de la realidad del mundo de la magia donde todo es posible para quien conserva la ilusión de los niños.


Y en preparación, un portal de PARAPSICOLOGÍA. Estamos recopilando información para ofreceros, muy en breve, un portal dedicado a los fenómenos que estudia el campo inmenso y complejo de la llamada parapsicología. Seguimos el mismo criterio observado en la elaboración del portal de ilusionismo, y tenemos, igualmente, la puerta abierta a vuestras peticiones y sugerencias. Os recordamos que podéis contactar con nosotros en: fassman@fassman.es

viernes, agosto 10, 2007

Fassman entra en la literatura

Nuestra navegación cotidiana nos ha llevado hoy a un puerto desconocido, el blog Prontuario de Sombras de j. m. m. Albiol. Allí encontramos al profesor Fassman metido en un cuento inquietante, divertido y muy bien narrado. Nos pusimos en contacto con su autor y acabamos de recibir su repuesta que compartimos con vosotros:

Hola María.
Por supuesto que podéis incluir lo que os interese en vuestra web, que como bien dices, me tomé la libertad de emplear como fuente a la hora de escribir esta breve historia. En cualquier caso llevaba tiempo intentando averiguar algo sobre Fassman -¡me resulta muy emocionante estar hablando con su hija!- porque el 85% de lo que cuento sucedió en realidad y desde pequeño me intrigó muchísimo su figura. También conocí a gente que decía haberlo conocido, pero ya sabes que hay que andarse al tanto con la credibilidad de la gente, y por eso preferí tomar la información de una fuente cien por cien fiable. Espero que de verdad os haya gustado porque quería hablar de él desde una perspectiva muy respetuosa.
Si os parece bien incluiré en mi página un enlace con vuestra web y añadiré al final del artículo la fuente de información.
Un saludo...
j.m.m.Albiol
Esperamos que os pique la curiosidad y visitéis el blog. Además del cuento "Fassman y los pequeños hipnotizadores" podréis encontrar una reseña de su novela "Volveréis"
Agradecemos la respuesta de Albiol y tomamos su palabra para publicar el cuento en nuestra web e incluir su novela en la nueva página de novedades editoriales que aparecerá la semana que viene.

lunes, julio 16, 2007

Brillante investigador

Los mensajes de Alain Denis, mago y bibliotecario de la Sociedad Española de Ilusionismo, siempre contienen mensajes importantes sobre la vida del profesor Fassman porque, aunque no le conoció personalmente, ha puesto su memoria y sus libros a nuestra disposición para seguir el rastro del profesor durante los años gloriosos de la magia y el mentalismo en los teatros de España. El Sr. Denis fotocopió y nos envió la portada y contraportada del libro "El hipnotismo al alcance de todos" que el profesor escribió y la Editorial Taurus editó en Buenos Aires, Argentina, en 1958.























Además, nso envió fotocopia de un cartel de la presentación de Fassman en el Teatro Romea de Binefar, el 9 de julio de 1942, en compañía del mago Chang-Fu y de otras atracciones.

Sinceramente, vivimos deseando que la magia de Alain Denis produzca nuevas aportaciones, todas ellas rayos de luz que van iluminando lo que fue una carrera llena de éxitos espectaculares. El optimismo nos hace preguntarnos, ¿habrá alguno de nuestros visitantes que guarde este cartel o sepa dónde encontrarlo? El mejor destino que pueden tener los carteles de las actuaciones del profesor Fassman es, sin duda, el museo-biblioteca que el pueblo de Sort dedicará a su memoria en el 2009.

Gracias otra vez Alain Denis. Su nombre también figurará en ese museo junto al de José María Llàcer y todos cuantos han colaborado y seguirán colaborando de corazón para que nuestro proyecto salga adelante.

sábado, julio 14, 2007

La pintura, pasatiempo y obsesión



El Sr. Ramón Solé, que fue muy amigo del profesor Fassman durante muchos años, nos ha permitido entrar en su casa para hacer una fotografía de los dos cuadros que el profesor pintó en la década de los sesenta y que regaló a su familia.


Los tres hijos varones de José Mir Llahí y Pilar Rocafort Porredon tuvieron una estrecha relación con la pintura durante toda su vida. Para Luis, el hermano menor, de profesión maestro y de vocación bohemio, la pintura era un modo de expresar sus sentimientos y reflexiones. No pudo soportar el enclaustramiento en los valles pallareses y un día dejó su plaza de maestro en un pueblo de estas montañas y se fue a Barcelona a pintar. Pero la ciudad tampoco le proporcionaba eso que sólo él sabía que estaba buscando. Se embarcó hacia Tanger y allí vivió durante una larga época sin que sus más allegados supieran dónde ni cómo. Volvió a Barcelona enfermo y fue ingresado en el sanatorio de Santa Coloma de Gramanet donde vivió varios años dejando sus murales en la capilla. Nunca se preocupó por vender sus obras y, hoy por hoy, resulta prácticamente imposible rastrear las que regaló. Quedó en la casa de su hermano, Fassman, una acuarela en la que puede apreciarse, además de la corrección técnica y el dominio del color, su capacidad de interiorizar la vida y costumbres de su gente. Con sobriedad pallaresa, la escena nos habla del silencio, la soledad, el trabajo de hombres y mujeres mimetizados con sus montañas.

Eusebio, el mayor de los varones, vivió siempre en su mundo subjetivo y casi siempre a greñas con la realidad. Tenía facultades geniales. Ejerció de sastre en Sort y aún vive quien recuerda que cuando un cliente le encargaba un traje, Eusebio le miraba de arriba abajo con detenimiento durante unos minutos y luego le espetaba la fecha en que estaría listo el encargo. Sólo el que acudía a él por primera vez le preguntaba si no iba a tomarle las medidas. Sus clientes sabían que no tomaba medidas jamás. Tenía a sus ojos por más fiables que cualquier cinta métrica y no se equivocaba. Sus trajes sentaban a la perfección aún cuando el cliente tuviese un defecto físico.



Eusebio vivió la guerra tan a su manera como todo lo demás. Fue por el Pallars con el pañuelo rojo de la FAI al cuello, pero más por espíritu aventurero que por convicciones ideológicas. Terminada la guerra, superó la depuración y se estableció en Barcelona. Inventó un patrón revolucionario que él mismo se dedicó a vender por toda España y que probablemente le habría enrriquecido, pero no era esa su ambición. Eusebio vendía su patrón para cubrir las necesidades básicas de su familia, pero para cubrir sus necesidades vitales, se dedicaba a pintar. Pasaba meses pintando encerrado en su estudio hasta que se acababa el dinero y tenía que volver a vender. A vender su patrón, porque no hubo manera de convencerle de que vendiera sus cuadros. Eusebio pintaba paisajes en los que el color delata la profunda penetración de su mirada. Tal vez fuera su orgullo el que no permitía que pusieran precio a las extraordinarias facultades de sus ojos.

Fassman también pintaba, pero la pintura era para él un pasatiempo, un medio de liberar la tensión que le producía el espectáculo y, más tarde, las consultas y los cursos. Su pintura nunca tuvo ambición ni pretensiones de ningún tipo aunque pintaba casi a diario estuviera donde estuviera. Durante sus giras, el caballete se plantaba en las habitaciones de los hoteles al mismo tiempo que se deshacían las maletas. Tampoco pensó nunca en vender un cuadro. En cuanto daba uno por terminado lo regalaba a sus amigos y empezaba otro sin volver a pensar en el anterior. Hay cuadros suyos en América y en varias provincias de España.
Hoy podemos ofrecerles dos paisajes del profesor gracias a su amigo de Sort, Ramón Solé, conocido en el pueblo como el Tintoré. Ramón fue amigo de Fassman durante muchos años, compañero del juego de cartas que aquí llaman "butifarra" y de tertulias en las noches estivales. Fassman le regaló estos dos cuadros que el Tintoré aún tiene colgados con orgullo en su casa.



Sobre la afición del profesor a la pintura, nos llega también un testimonio del profesor Marín, quien ha colaborado en varias ocasiones enviándonos recuerdos del que fue su profesor y amigo.


Nos dice el profesor Marín: "El profesor Fassman, cuando vivia en la casa del Dr. Ferrandiz, en una de las habitaciones, concretamente en su dormitorio, mientras asistía al curso que yo hice con él, iba pintando en una de las paredes un mural precioso y, de vez en cuando, venía a visitarlo un hermano suyo que era su vivo retrato. Eran extraordinariamente parecidos, como si fueran gemelos, y su hermano tambien añadia pinceladas y se consultaban sobre la pintura."


El profesor Marín sigue presentando su espectáculo de mentalismo e hipnosis y tiene un programa de televisión que puede verse en http://telemagik.com/

Gracias, Ramón Solé, por habernos permitido exponer estas muestras de un pasatiempo que el profesor Fassman practicó con pasión. Y gracias otra vez al profesor Marín por su nueva áportación.

martes, julio 10, 2007

Un sobre escondido nos revela una historia

Tengo ante mi una foto del profesor Fassman con sus alumnos de un curso celebrado en Caracas, Venezuela, en 1970. La foto guarda una historia, como todas las fotos, pero ésta tiene, además, una sorprendente voluntad de comunicarse. Quiere contarnos la historia de una mujer excepcional que posó aquella noche de fin de curso sin siquiera imaginar que, treinta y siete años después, esa foto, su nombre y su vida ejemplar se proyectarían al mundo entero. Y la foto quiere, también, contarnos su propia historia, la extraña historia de cómo llegó hasta aquí.


A finales de 2006, descubrimos en Internet que se ofrecían los cuadernos de unos cursos del profesor Fassman editados a finales de los sesenta. Escribimos a Bookends, la empresa venezolana que vendía los cursos. Enseguida recibimos la respuesta de Ginette González. En uno de los mensajes que le enviamos para ponernos de acuerdo sobre precio y envío, surgió el tema de nuestro proyecto sobre la biografía y el centenario del nacimiento del profesor Fassman. Ginette nos contó entonces que su tía, la profesora Graciela Cárdenas, ya fallecida, había asistido a un curso de Fassman y era una gran admiradora del profesor y que, ¿casualmente?, en aquellos días había descubierto una foto y un folleto del curso de 1970 que su tía había guardado entre sus papeles. Ginette nos ofreció los cuadernos como regalo y prometió hacerlos llegar hasta nosotros a través de su hermana, residente en Alemania, que estaría en diciembre pasando unos días en Venezuela y que podría enviarnos el paquete cuando se encontrara de regreso en su casa.


Y Ginette cumplió su promesa. Los cuadernos llegaron a principios de este año en una caja enviada por su hermana, Adriana, desde Leverkusen. La alegría que nos causó recibirlos hizo que nos pusiéramos a hojearlos enseguida relegando la caja al armario donde, afortunadamente, guardamos hasta lo que no sería necesario guardar. Allí pasó meses guardando un secreto. Esta misma tarde, Ana Braga tuvo que trasladar el material de ese armario a su nuevo despacho y, ¿casualmente?, metió la mano dentro de esa caja llegada de Alemania. Allí encontró un sobre que se había pegado al fondo de la caja, un sobre que Ginette González nos había dirigido el 28 de diciembre de 2006. El contenido nos emocionó. Enseguida comprendimos que aquella foto del curso y todo lo demás, pedían y merecían ser compartidos con todos vosotros.



Por contarlo en orden cronológico, empezamos por un folleto del curso que el profesor Fassman impartió en Caracas en 1970. La fotografía con que iniciamos esta entrada corresponde a la noche en que se celebró el fin de ese curso. Entre los alumnos estaba la profesora Graciela Cárdenas Ramírez. ¿Quién era? ¿Qué dejó? Nos lo cuenta un díptico que se imprimió tras su fallecimiento.






La profesora Graciela Cárdenas creía en sí misma, en su capacidad para se feliz, requisitio indispensable para poder hacer felices a los demás. Lo expresó en su "Creo," un poema escrito para la Cátedra de Desarrollo de la Personalidad de la Universidad de la Tercera Edad.


Si pudiéramos hablar con ella -¿podemos?- le daríamos las gracias, gracias por viajar tan lejos, gracias por no dejarnos tirar esa caja, gracias por salir de pronto del silencio de un armario para contarnos una historia que hoy nos hace sentir un poco mejores.
Gracias, Ginette y Adriana Gozález.
Les recordamos a todos que si pulsan encima de las imágenes, podrán verlas ampliadas. Y a todos deseamos que esta historia les produzca las mismas emociones que nos ha producido a nosotras.
Website de Adriana González: http://www.stoff-art.de/
Entradas relacionadas: "Ya tenemos web", "Correo Generoso"

domingo, julio 08, 2007

Vuelve Fassman, el hipnotizador de multitudes



José Mª Llàcer, de Selecciones Mágicas, sigue ayudándonos a reconstruir la apasionante etapa de Fassman en los escenarios de España y América. Esta vez nos envía imágenes de dos carteles que se encuentran en el catálogo de la Colección Martín Pacheco. Desde junio, los argentinos tienen la suerte de contemplar esta colección en el Museo Nacional de Arte Decorativo de Buenos Aires, donde estará hasta el mes de agosto. En la exposición, "Historia Gráfica y Visual de la Mágia. Cuatro siglos de Ilusión" se exhiben las piezas únicas de la que es la colección más importante de carteles y objetos de magia de Latinoamérica. Pueden encontrar más información en Página12 Radar.



Una de estas imágenes tiene para nosotros un significado especial. Es el primer cartel que hemos encontrado en el que aparece Fassman con la que entonces era su esposa, Deyka.


Encontrarán más información sobre esta mujer extraordinaria en ¿Quién era Deyka?



Sin duda alguna, José Mª Llàcer merece un lugar destacado en los agradecimientos de la biografía del profesor Fassman.

viernes, junio 29, 2007

Fassman, ese hombre extraordinario





Así titula el profesor Marín una colaboración que nos envía contándonos más anécdotas del profesor Fassman. El profesor Marín ya nos había enviado un mensaje contándonos la relación que tuvo con el profesor Fassman desde que fue uno de los primeros alumnos del profesor Fassman en Barcelona. Volvemos a repetir lo que nos contaba hace algunos meses para que nuestros lectores puedan seguir el hilo más fácilmente. Nos cuenta el profesor Marín:


"En 1960 o 1961, estando yo precisamente en el equipo técnico del Dr. Ferrandiz (padre), surgió en los periódicos la noticia de que el Profesor FASSMAN había regresado a su Catalunya natal. En cuanto me enteré, me interesé por saber donde podía localizarle y, cual no fue mi sorpresa al escuchar del Dr. Ferrandiz que Fassman vivía en su propia escalera, o sea, en la calle Mallorca esquina a Paseo de Gracia. Solo tuve que bajar unos tramos de escalera para encontrarme con el Profesor Fassman, el cual me comunicó que estaba preparando próximamente un Curso de Hipnosis práctica. Ni que decir tiene que me inscribí inmediatamente. En septiembre de 1961 se realizó el primer Curso de Fassman en Cataluña al que, naturalmente, asistí. Este encuentro mío con FASSMAN, fue muy gratificante para ambos, Se unieron el afán investigador mío y la enorme práctica que Fassman traía del continente americano, se juntaron los 26 años que por aquel entonces tenía yo y los 61 años que tenía Fassman. Nos hicimos grandes amigos y compartimos confidencias. Fassman otorgó en ESPAÑA para el Profesor Marín su primer diploma el 20 de Agosto de 1962.


Allá en Junio de 1962, Fassman actuó en el Teatro Calderón de Barcelona presentando un espectáculo de hipnosis teatral donde hizo una demostración de las facultades tan extraordinarias que poseía. Los que le conocíamos nada mas que en la fase de profesor de hipnosis en sanación, nos quedamos asombrados al verlo como hombre espectáculo, Fascinante, tenia en el escenario como unas veinte personas que había seleccionado de entre el público, todas de pié. A una le hacia una hipnosis rapidísima tocándole los párpados con los dedos, echándole una llave de lucha y haciéndole caer a plomo en el suelo donde se quedaba dormido. A otro le decía, busca un punto en el techo, señálalo, y se quedaba tieso apuntando con el dedo (como una estatua de Colón) al techo. A otro lo dejaba cataléptico entre dos sillas. A otro le hacia quedar con las manos pegadas al respaldo de una silla. Así hasta las veinte personas a una velocidad asombrosa. No daba tiempo a seguirlo con la vista. Aquello era todo un curso de hipnosis de espectáculo. Yo tuve la suerte de verle al final de su carrera teatra. Después, solo se dedicó a la enseñanza."
.


Otra vez nuestro agradecimiento al profesor Marín de quien próximamente publicaremos una colaboración en la página "Temas" de la web.

Memoria mágica

Seguimos en la tarde del 26 de junio. Después de la larga tertulia en Selecciones Mágicas, fuimos a la sede de la Sociedad Española de Ilusionismo donde, gracias a la mediación de José María Llàcer, nos esperaba su bibliotecario, el mago Alain Denis. Bibliófilo, coleccionista, dotado de una memoria prodigiosa, Alain Denis nos recibió con unas fotocopias que acababa de hacer de material del profesor Fassman que había encontrado en la biblioteca de la SEI. Por dar sólo un ejemplo, en una de ellas un jovencísimo Fassman aparece en un programa del Teatro Apolo de 1939. Con la expresión de un erudito a quien su tema de estudio le apasiona, Denis nos habló de ilusionismo, de sus incursiones en librerías de viejo, sobre todo en el mercado de San Antonio, a la busca de ejemplares antiguos y raros, y, cómo no, nos habló del profesor Fassman. Por si fuera poco, se comprometió a buscar más material y a enviarnos más información en cuanto la tuviera. Gracias a su colaboración empieza a aclararse la primera etapa de la vida profesional del profesor Fassman de la cual sólo contábamos con los retazos que él contaba, pero que el rigor que exige una biografía nos obliga a documentar.



Además de su trabajo como bibliotecario de la S.E.I., Alain Denis lleva su espectáculo de magia por diversos escenarios. Podeis contactar con él en aladin@eresmas.net.


Nuestro enorme agradecimiento a Alain Denis con la esperanza de que encuentre más material y de que sigan su ejemplo otros amigos que puedan seguir aportando datos sobre la vida del profesor Fassman en los años treinta.

Tarde mágica

El martes 26, a eso de las cinco de la tarde, en una de esas calles de la Barcelona alejada del barullo turístico en la que sólo se recuerda el siglo en que vivimos por los vehículos, entramos de pronto en otro mundo y en otro tiempo. Habíamos quedado con José María Llàcer en su tienda, Selecciones Mágicas, para hablar del profesor Fassman. La puerta estaba cerrada y llamamos al timbre. Nos abrió el dueño, uno de esos nuevos amigos que nos ha aportado la web y que, aunque sólo conocemos por fotografía, podríamos reconocer en cualquier parte como si tuviéramos una relación de años. Llàcer nos franqueó la entrada a su tienda y por arte de magia retrocedimos casi un siglo. Rodeado de vitrinas repletas de los objetos más insólitos, el local ofrecía la atmósfera inquietante que en las novelas y películas de misterio anuncia que puede ocurrir cualquier cosa insólita. Pero no tuvimos tiempo de fijarnos en detalles. Llàcer nos hizo pasar enseguida a la trastienda, un amplio almacén y despacho donde la iluminación y los ordenadores nos devolvieron a la actualidad, aunque también, a una actualidad muy especial. Asistían a la tertulia la esposa de Llàcer, el mentalista Fabra, un sarcófago egipcio, diversos aparatos de escapismo y descuartizamiento, muñecos de inocencia amenazadora y, desde carteles y fotografías, estrellas de la magia de otros tiempos. Era, sin duda, el ambiente más adecuado para recordar al joven Fassman en la época en que luchaba por abrirse camino en el mundo del ilusionismo.



Y hablamos de Fassman, por supuesto. El mentalista Fabra había hecho un curso con el profesor y nos relato sus impresiones sobre la personalidad del que fuera su modelo. Todos los sábados, en el espectáculo que ofrece en el Teatreteneu, Fabra le dedica uno de sus números contribuyendo a mantener viva su memoria. En cuanto a Llàcer, no sólo nos contó lo que sabía, sino que nos puso en contacto con el mago Alain Denis, bibliotecario de la Sociedad Española de Ilusionsmo, con quien hablamos esa misma tarde, una conversación emocionante llena de datos y descubrimientos. Pero esa es otra historia que merece otra entrada. Gracias a estos amigos, tenemos muchas cosas que compartir con vosotros y prisa por irlas contando.



A quien la proximidad se lo permita, recomendamos que no dejen de ver el espectáculo del mentalista Fabra. Pueden encontrar información en Atrapalo.com.


Y no hace falta ser ilusionista para dejarse embargar por la atmósfera de Selecciones Mágicas. Basta tener un vestigio de ingenuidad infantil para disfrutar de esas experiencias que nadie disfruta como los niños; la experiencia, en este caso, de entrar en una tienda de otro mundo y otro tiempo, en la que todo parece posible. Ese mundo se encuentra en la calle Enamorats, 124 de Barcelona.

jueves, junio 07, 2007

Nuevo artículo en la web


Acabamos de publicar en la página "Temas" de la web un excelente colaboración del Dr. Luis David Guzmán Moreno: El uso médico de la hipnosis. Como en todos los artículos de esta sección, encontarán ilustraciones con vínculos a diversas páginas donde se amplía la información. No se lo pierdan.

Ex-alumno curso 1974 en Méjico

Hemos recibido un mensaje de un ex-alumno del profesor. Lo reproducimos a continuación y aprovechamos la oportunidad para responder a otras personas que puedan estar interesadas en los cursos. Dice el Sr. Bosualdo:

Saludos desde México:

En 1974, estudié en el Instituto Fassman de Barcelona, tengo orgullosamente el Diploma firmado por el Profesor. Como resultado del curso he logrado muchos éxitos tanto profesionales como personales, siempre le recuerdo con cariño y menciono en los Seminarios de Ventas que mi vida se divide en dos: antes del curso y después del curso que tomé con el Profesor Fassman.

Lo que deseo es que me informen como puedo conseguir los libros del >curso que nos entregaron, porque con los translados de paises me los extraviaron. Les agradezco la respuesta.
Saludos cordiales,
Julio Basualdo
Hemos respondido en privado al Sr. Bosualdo. En cuanto a los cursos, tenemos
ediciones antiguas, pero sólo un ejemplar que pasará al museo-biblioteca que tenemos en proyecto para el 2009. Estamos preparando una versión del último curso del profesor ampliada con sus propias notas. Tambíén esperamos publicarla en el 2009.
Gracias al Sr. Bosualdo y a cuantos siguen poniéndose en contacto con nosotros para contarnos cosas del profesor.

lunes, mayo 28, 2007

Fassman y la política


Como todos los que en España pasaban de los cuarenta años cuando llegó la democracia con las primeras elecciones libres, el profesor Fassman vivió durante cuarenta años bajo la dictadura de Franco. Durante ese tiempo nunca habló de política, ni dentro ni fuera del país. Para la mayoría de los españoles, aquella fue una etapa de silencio, el silencio de los súbditos sin otro deber cívico que el de obedecer y callar. El silencio, como en toda dictadura de cualquier signo, era el salvoconducto que permitía pasar de un día a otro sin problemas con el poder; era el garante de la paz; el síntoma más evidente del miedo.



Mientras se dedicó al espectáculo, el profesor Fassman se abstuvo de expresar sus ideas políticas tanto en España como en América. La única opinión implícitamente política que manifestaba con rotundidad, aún ante algunos que sostenían lo contrario, era que a la gente no se la podía privar del disfrute de ningún tipo de arte por convicciones políticas. Nada más.



Por eso, una de las más grandes sorpresas de mi vida me la dio mi padre el día en que con toda seriedad me pidió que le explicara la situación política que estaba viviendo el país. Acababan de convocarse las primeras elecciones democráticas y el profesor Fassman, al borde de los setenta años, comprendió que carecía de los conocimientos necesarios para decidir su voto responsablemente. Quiso enterarse bien para votar con responsabilidad y recurrió a la persona de su confianza que acostumbraba a leer tres periódicos al día de diverso signo, por lo que cabía suponer que estaba bien enterada.



No pude ocultar mi orgullo mientras intentaba orientarle a través de la maraña de abreviaturas bajo la que una miríada de partidos ofrecían sus propuestas a los electores. Mi padre preguntaba, escuchaba mi respuesta mirándome fíjamente a los ojos con profunda atención, y volvía a preguntar sin hacer ningún comentario. Tampoco pude ni quise ocultarle el signo de mis propias convicciones. Las escuchó también con atención y también sin comentar. Lo único que le interesaba era registrar en su prodigiosa memoria datos objetivos sobre los partidos que se presentaban para extraer de ellos su propia conclusión y votar en conciencia. Votó, finalmente, sin decirle nunca a nadie a qué lista había votado. Y siguió votando en elecciones sucesivas hasta las últimas anteriores a su fallecimiento. Nunca reveló su opción política, pero sí manifestaba rotundamente, cada vez que surgía el tema, su convicción profunda de que toda persona con derecho al voto tenía el deber de votar.



La pasmosa abstención que ha marcado estas elecciones municipales y autonómcas en España me ha devuelto aquel recuerdo que me enorgullece por la confianza que me brindó mi padre y, sobre todo, por la responsabilidad cívica que demostró. Más adelante, le oí muchas veces afirmar que nadie podía vivir al margen de la política aún cuando creyera lo contrario, no sólo porque todo ciudadano es sujeto pasivo de las decisiones políticas de los que detentan el poder, sino porque esas decisiones dirigen al sujeto hacia opciones políticas aún de modo inconsciente. Quien se manifiesta apolítico y actúa en consecuencia, decía, no hace otra cosa que abdicar de su derecho a elegir quién y cómo va a gobernarle. Abstenerse de votar por el motivo que fuere, repetía, era equivalente a la actitud del que rige su vida según el criterio de los demás. La consecuencias más graves de esa actitud en todos los ámbitos son, para el propio interesado, la inseguridad que le causa saber que el timón de su vida está siempre en manos ajenas y el deterioro concomitante de su autoestima. Para quienes le rodean, las consecuencias serán las que se deriven de semejante actitud.


Esas consecuencias se revelan dramáticas cuando más de la mitad de la población decide pasarle al resto la responsabilidad de elegir gobernantes; cuando más de la mitad prefiere el silencio sin pensar que es el silencio de la ciudadanía lo que prefieren aquellos que quieren que gobierne el miedo; aquellos que quieren gobernar a una ciudadanía acrítica y silenciosa para ejercer un poder absoluto sin tener que dar cuentas a nadie.


El profesor Fassman insistía ante pacientes y alumnos en la necesidad de que cada cual fuese dueño de sus propia vida. Esa necesidad incluye ser uno dueño de su propio voto y ejercer esa propiedad contribuyendo a la organización de la sociedad como mejor le dicte su conciencia cada vez que es convocado a las urnas. Nadie tiene derecho a delegar esa responsabilidad en los demás.
Nota al margen: El profesor Fassman se habría sentido, tal vez se sienta, orgulloso de saber que en Sort, su pueblo, la participación alcanzó el 75%. Todos nos felicitamos por ello.

martes, mayo 22, 2007

No hemos podido cumplir

Amigos: Este blog se ha convertido prácticamente en un foro gracias a los mensajes que nos enviais en respuesta a las entradas, dándonos la sensación de proximidad que ofrece un diálogo. Por eso no queremos retrasar más una explicación que os debemos.
Habíamos prometido un episodio semanal sobre la vida del profesor en el podcast de RadioCafé de Sort y esta semana no hemos podido cumplir, pero no ha sido por falta de ganas. Un accidente doméstico sin consecuencias graves, pero sí muy molestas, ha alterado la rutina de nuestro trabajo. Esperamos que un par de días más de reposo nos permitan volver a dedicarnos al trabajo en cuerpo y alma, es decir, a ofreceros novedades. Hasta entonces, rogamos paciencia y que no nos dejéis.
Desde aquí un saludo al amigo ilusionista Xevi y a su hija de La Casa Mágica, un fabuloso museo de ilusionismo en una antigua masía de Santa Cristina d'Aro a la que íbamos a visitar el domingo. Volveremos a intentar el viaje lo más pronto posible.

miércoles, mayo 09, 2007

Manuscrito sustraído



En 1981, el profesor empezó a dictar unas notas sobre su vida con la intención de utilizarlas en su autobiografía. Esas notas pasaron, años después, por una peripecia rocambolesca. Hoy hemos decidido dar a la luz algunas de esas notas en episodios narrados que iremos incluyendo en RadioCafé de Sort, respetando al máximo el estilo casi lacónico en que el profesor las dictó. Puede darse el caso de que algunos de los oyentes de nuestro podcast reconozca las frases del profesor por haberlas leído en un libro publicado por la Hormiga de Oro a finales de 1991, edición que fue sufragada por un particular. Esto nos obliga a explicar cual fue el origen de ese libro y qué sucedió con él.

A finales de los ochenta, el profesor Fassman recibió, en su casa de Sort, la visita de una pareja de mediana edad que venía recomendada por una tercera persona. Esta pareja, marido y mujer, ofrecía unos servicios muy particulares. El marido, pintor, hacía el retrato al óleo del cliente, mientras la mujer, escritora, escribía su biografía. El profesor les recibió con la cálida hospitalidad con que recibía a cualquiera que se acercara a su casa -fuera alumno, amigo, conocido o desconocido- enseñándoles los alrededores y permitiéndoles hacer cuantas fotografías quisieron. Aceptó los servicios del hombre, lo que se tradujo con el tiempo en un retrato al óleo, pero no pudo aceptar los servicios de la escritora porque, como le dijo, él ya tenía escrita su autobiografía desde 1981.

Años más tarde, pocos meses después del fallecimiento del profesor, apareció el libro "Un hombre llamado Fassman," publicado por la Hormiga de Oro. En la introducción, la autora del libro presentaba el contenido como la memorias del profesor Fassman obtenidas por ella a tráves de largas conversaciones con el profesor. El texto llevaba intercalados párrafos en cursiva en los que el profesor narraba en primera persona ciertas anécdotas de su vida y aportaba algunas reflexiones.

En cuanto el libro cayó en nuestras manos nos dimos cuenta de que se había utilizado el material del manuscrito de 1981. El profesor Fassman guardaba una copia en su despacho y, después de su fallecimiento, esa copia había desaparecido. En aquel momento, no dimos importancia a la desaparición porque supusimos que se la había llevado un familiar cercano y porque se trataba de una copia. El manuscrito original, con anotaciones de puño y letra del profesor Fassman, había estado siempre en nuestra casa.

Interpusimos una denuncia por sustracción de la copia y plagio. No nos movió en ese momento el que alguien quisiera lucrarse con el nombre de Fassman. Esa escritora no era la primera que lo intentaba ni sería la última. Al fin y al cabo, la sociedad en que vivimos impone unas exigencias durísimas y cada cual tiene derecho a ganarse la vida como quiera y pueda siempre que no conculque derechos ajenos. Lo que nos indignó y nos llevó a actuar en el acto fueron las correcciones y las interpolaciones introducidas por la escritora.

Como explicamos en "Quién era Fassman," el profesor había encargado la redacción de sus notas a su hija. El profesor nunca quiso publicar el manuscrito resultante porque sabía que no era más que una recopilación de anécdotas poco significativas y apenas ligadas que en ningún caso permitirían al lector aproximarse a su personalidad, entender sus actos, seguir su pensamiento. Y no podía ser de otra manera porque el profesor no quería publicar nada que pudiese incomodar a personas que aún estaban vivas. Esto dejaba fuera cualquier referencia a su vida privada. Eliminado el ámbito donde una persona se da a conocer con mayor espontaneidad, sólo quedaba la imagen pública. Pero hasta esa imagen salía desvirtuada por todo lo que el profesor se quería reservar.

"Un hombre llamado Fassman" se basaba únicamente en el contenido del manuscrito sin ofrecer información adicional alguna. Las correcciones introducidas a la notas de mi padre, citadas en primera persona, le atribuían un lenguaje ampuloso que nunca fue su modo de decir. La narración seguía la línea del manuscrito, pero con interpolaciones poéticas que edulcoraban el texto original, frases manidas que lo vulgarizaban y errores gramaticales y de ortografía que lo convertían en una chapuza.

En cuanto la denuncia fue notificada a la escritora, el marido se presentó en mi casa y me pidió que le enseñara las pruebas que pensaba presentar para sostener mi acusación. Le enseñé el manuscrito original con las notas de puño y letra de mi padre. Al día siguiente, el familiar que se había llevado la copia del despacho de mi padre, la había entregado a la escritora para que introdujera algunos cambios y había sufragado la publicación de "Un hombre llamado Fassman," se comprometió a retirar todos los ejemplares que se estaban vendiendo en el local de la Hormiga de Oro en Barcelona. Por respeto a la memoria de mi padre, no quise llevar el asunto más lejos. Los ejemplares se retiraron. Quedan por ahí los que ya se habían vendido y copia de uno de ellos ha vuelto a nuestras manos por cortesía de Genoveva Puiggrós que lo compró hace años en una librería de viejo.

Quien tenga el libro sabrá el nombre de la escritora. No queremos mencionarlo en esta entrada porque, al fin y al cabo, la señora no hizo otra cosa que realizar un trabajo y percibir los justos honorarios. El marido alegó que ella desconocía la procedencia del manuscrito que se le entregó y no tenemos por qué dudarlo. Por otra parte, la escasa calidad del trabajo no significa que la señora no pudiera escribir algo mejor. Bien le salió tomando en cuenta que el profesor falleció en el mes de junio y el libro se publicó en el mismo año. Por nuestra parte no queda sentimiento negativo alguno hacia esta profesional.

Y como no hay mal que por bien no venga -dice la sabiduría popular- a lo que el profesor agregaría, si uno sabe extraer de un mal, un bien, aquellas notas que dictó pasan ahora a formar parte de un podcast que él ya no puede grabar con su voz, pero que otra voz lee respetando su modo de decir, lacónico, preciso. Finalmente saldrá su biografía tan completa como sea posible, pero también, carambola del destino, saldrán esas notas que sólo pecaban por defecto, incompletas para no molestar a los demás.

domingo, mayo 06, 2007

Fassman y Chang



Hemos recibido un testimonio de José Mª Llacer Sánchez, dueño de la tienda de material de ilusionismo Selecciones Mágicas, de cuya página web hemos sustraído la foto que ilustra esta entrada. Su recuerdo del profesor Fassman nos ha animado a adelantar una referencia a la relación del Profesor Fassman con el mago Chang que destaca una de las cualidades más importantes de la personalidad del profesor: su generosidad. Nos cuenta el Sr. Llacer:

Conocí a su señor padre en sus espectáculos. En uno de ellos trabajaba con Chang en el teatro Barcelona y presentaba hipnosis teatral y nemotecnia. Fabuloso espectáculo, lo vi dos veces ya que en aquella época era estudiante y entraba de claca en el teatro. La claca la situaban en el gallinero, en el primer piso. Después lo conocí una tarde en el bar que hay en Aribau, esquina Diputación, donde iba a tomar café. Fue una charla corta pero muy interesante . Les felicito por la página tan buena que han hecho. Atentamente, Jose Mª LLacer Sanchez.


No recuerdo con exactitud si fue en 1964 o en el 65. Estaba yo pasando las vacaciones de invierno con mi madre en Puerto Rico. Una tarde me anunció que iríamos esa noche al teatro a ver al mago Chang. El nombre no me dijo nada y mi madre tuvo que explicarme anécdotas que yo había vivido en mi primera infancia y que, naturalmente, no recordaba. Me contó que Chang era un mago muy importante. Nacido en Panamá de madre china, su espectáculo de magia había asombrado a multitudes en todo el mundo por la originalidad de sus números. Además, Chang era muy amigo de mi padre. Esos antecedentes y el simple hecho de ir al teatro, me llenaron de ilusión.

Llegamos al Teatro Municipal de San Juan. Allí estaba, iluminado, un teatro que me traía recuerdos del triunfo de mis padres, de una noche de gloria en que a mis seis años había subido por primera vez a un escenario para entregarles un ramo de flores en un fin de fiesta. Pero en aquel momento, nada se parecía a mis recuerdos. Allí estaba el teatro y era el mismo, pero como en un sueño triste. La calle estaba desierta. En el vestíbulo sólo había un viejo acomodador que esperaba a que mi madre sacara la taquilla y nos decidiéramos a entrar. Supuse que habíamos llegado demasiado pronto, tal vez porque mi madre quisiera hablar con Chang antes del espectáculo. Me acerqué a las vitrina donde se exhibían las fotografías. En ellas aparecía un hombre alto, apuesto, vestido de mandarín con ricas túnicas brtillantes, rodeado de guapas asistentes maquilladas y vestidas a juego con el lujo asiático de los decorados. En otra vitrina aparecían carteles y recortes de prensa de distintos países en que se alababa a Chang como a un prodigio y a su puesta en escena por su riqueza espectacular.

La voz apremiante de mi madre me devolvió al vestíbulo vacío que aquella noche debía estar iluminado, pero que siempre he recordado en penumbra. No habíamos llegado pronto. Habíamos llegado tarde y el espectáculo ya había empezado. Los ojos apenas se me detuvieron un instante en las luces de escenario. Toda mi atención se fue a las filas de butacas vacías que íbamos recorriendo. Se me encogió el corazón. Hubiera querido quedarme al fondo, en la parte más oscura, donde pude distinguir unas tres o cuatro cabezas, pero el acomodador y mi madre no se detuvieron hasta llegar a la tercera fila del centro. El anciano vestido con una vieja túnica de mandarín nos miró desde el escenario. Nos miró también la única ayudante, vestida con una túnica raída, arrugada, algo sucia. Me sentí como si el espectáculo fuéramos mi madre y yo, como si a los del escenario les produjera asombro que estuvieramos allí El dolor que me causó aquella imagen de decadencia y fracaso grabó ese primer instante en mi memoria y ya no pude recordar más tarde ni los números anticuados ni los instrumentos desportillados ni la entrevista que tuvimos después del espectáculo. De la cara de Chang sólo se me quedó la profunda tristeza con que miraban sus ojos orientales.

Uno o dos años más tarde, volví a ver el nombre de Chang en una carta que recibí de mi padre. Sus cartas me contaban siempre lo que hacía y venían acompañadas de algún recorte de prensa y de folletos de conferencias o de sus cursos en Suramérica. La que mencionaba a Chang me sorprendió. El profesor Fassman ya había empezado sus cursos de Dinámica Mental y se había retirado de los escenarios. En esa me decía, sin embargo, que se estaba presentando con Chang en el Teatro Barcelona de la ciudad condal. Se me encogió el corazón. ¿Qué le habría sucedido a mi padre para tener que participar de pronto en un espectáculo de ilusionismo con el anciano derrotado que yo había conocido en Puerto Rico? No pregunté nada, por supuesto. Años después, la esposa de mi padre me contó una anécdota que me conmovió. Estando de paso en Panamá, mi padre se había encontrado con un viejo amigo, el mago Chang, un mago que había sido muy famoso, pero que en aquellos momentos estaba enfermo y sin trabajo. Fassman contrató a Chang, le trajo a España, montó un espectáculo, se presentó con él en el teatro Barcelona para que Chang volviera a disfrutar del triunfo y le trajo a Sort para que disfrutara de una vaciones.

Hay que recordar que la televisión fue restando público a los teatros y a los cines. Los espectáculos de magia y mentalismo acusaron más el golpe, podría decirse que en proporción directa a la pérdida de la inocencia por parte del público. Magos y mentalistas empezaron a sufir muy pronto la dolorosa experiencia de actuar en teatros casi vacíos, sin que tuviera nada que ver su calidad profesional. Chang fue uno de los magos más importantes de su tiempo y las circunstancias que tuvo que compartir con tantos otros al final de su carrera, no han conseguido hasta hoy empañar su fama en la historia del ilusionismo.

Gracies amigo Llácer por brindarme la oportunidad de adelantar esta nota biográfica. La vida del profesor estuvo salpicada de anécdotas de este tipo. Ayudar a un amigo en apuros era para él una obligación y muchas veces se implicaba personalmente ayudando de un modo muy original.