La web “Fassman, la biografía” ha absorbido todas nuestras horas. La hemos modificado y a partir de ahora se irá actualizando con periodicidad semanal. Queremos que sea una página viva y dinámica que sirva como fuente de información y referencia tanto sobe la vida del profesor Fassman como sobre los temas de parapsicología e hipnosis.
Pero su parte más dinámica seguirá siendo esta bitácora.
Aquí daremos las noticias sobre la marcha del proyecto para la biografía del profesor; publicaremos los comentarios más interesantes que se reciban aquí y en la web y responderemos a las consultas de los visitantes que puedan tener interés general. Lo más importante, sin embargo, seguirán siendo las notas biográficas y las anécdotas.
NOTICIAS
Hemos recibido la película “Fascinación” filmada en Buenos Aires, Argentina, en 1949 y protagonizada por Arturo de Córdoba. El Profesor Fassman tiene una aparición estelar de unos minutos representándose a sí mismo. La película pertenece a la colección de nuestro amigo Néstor Larrart, Rodomago, que nos envió una copia digitalizada, junto a unos programas de mano originales de dos espectáculos del profesor presentados en el Teatro Odeón, uno fechado en 1950 y el otro sin fecha que datamos entre 1956 y 1960 por aparecer, como ayudante del profesor, la Sra. Anna Fay, su pareja en aquellos tiempos. Agradecemos profundamente la generosidad y las molestias que se tomó Néstor y la mediación de nuestro amigo Enrique Estéguy, Abracadabra, que nos puso en contacto con él. En nombre del profesor Fassman, gracias de todo corazón a los dos.Publicaremos en la web a la mayor brevedad posible las escenas en las que aparece el profesor Fassman.
- Recibimos la película y los programas con gran emoción. En el programa de 1950 aparece Deyka, una mujer con unas dotes extraordinarias que, como explicamos en una entrada anterior, tuvo una importancia decisiva en el espectáculo del profesor y en su propia biografía. Durante diez años les unió el matrimonio y el trabajo; durante casi cuarenta años más, les unió una hija en común; la atracción mutua, nunca superada, les unió durante toda su vida.
Y ahora vamos a confesar que la película nos daba un cierto reparo. Mi padre me había contado los avatares de la filmación. Para él, la experiencia fue tan desagradable que juró no volver a participar en otra película en su vida, y lo cumplió. En primer lugar, tuvo que meterse en un tanque de agua por exigencias de la escena en que una habitación se inunda. Era invierno y el agua estaba fría. Pero lo más irritante, contaba, fue que le sometieron a sesiones de maquillaje en las que le rizaban el pelo. Puede parecer algo trivial, pero yo comprendía su horror. Fassman era un hombre de su época, abierto y receptivo en su trabajo, pero tradicional en su vida privada. Le parecía que las tenacillas faltaban el respeto a su condición viril. Por otra parte, tenía un pelo hermoso y saludable que conservó hasta sus ochenta y tres años. Uno de los pasatiempos de mi infancia era ensayar peinados en su cabeza sentada en sus piernas. Algunos adultos procuraban apartarme en cuanto me veían con el peine, pero mi padre se prestaba a mi juego aunque el momento pareciera inoportuno a los demás. En sus últimos días, aún se enorgullecía de que a mi me gustara tanto su pelo.
Más allá de las anécdotas triviales, su participación en la película le produjo un malestar tan profundo que aún le duraba al recordarlo muchos años después. Por una parte, permitió que copiaran un número de su espectáculo revelando el truco. El número en cuestión era el truco del juego de palabras con que se descubre que el mentalista Víctor, Arturo de Córdoba, es un farsante. Fassman sabía que los trucos que utiliza un ilusionista no afectan a su honestidad y más tarde comprendió y manifestó en varias ocasiones que la revelación de esos trucos era una estupidez de mal gusto puesto que sólo servía para privar de ilusión al espectador (ver “Fassman y el ilusionismo” en la página "Temas"de la web).
Con esos antecedentes, pusimos la película enseguida con todos los reparos del mundo. Y nos llevamos una sorpresa, una sorpresa muy agradable porque muchas otras personas querían ver esa filmación. El profesor Fassman actúa representándose a sí mismo y el guión le trata con gran dignidad durante los escasos minutos en que aparece. Víctor, el mentalista representado por Arturo de Córdoba resulta ser un un farsante -algo muy discutible, como ya hemos dicho-, pero otros personajes dejan bien claro que el profesor Fassman es un hipnotizador reconocido por su trabajo y su seriedad. Además, el pelo rizado tampoco le sentaba mal.
Por las objeciones que el profesor Fassman manifestaba, nos cuestionamos la conveniencia de exhibir la película completa. Creemos haber encontrado una solución al dilema. Si llega a hacerse una exhibición pública en Sort, traeremos a un ilusionista que explique la naturaleza y la honestidad de esa profesión.
- Nuestra amiga Genoveva Puiggrós, de Barcelona, tuvo la gran generosidad de pedir a TV3, la televisión de Cataluña, todos los programas en los que apareció el profesor Fassman. Nos regaló los vídeos, de cuatro horas de duración, y ahora nos anuncia que nos traerá a casa la versión en CD para que podamos publicar extractos en la web. Nos alegra poderle dar las gracias, en este caso, personalmente.
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