Reportaje realizado por Laia Ruich y Aitor Marichalar para TV3, Televisión de Catalunya
sábado, noviembre 10, 2007
La influencia del profesor Fassman, algo auténticamente paranormal
domingo, septiembre 23, 2007
Soriguera
El lugar, los extraños personajes que allí conoció, las circunstancias mismas que le habían llevado y le retenían allí influyeron, sin duda, en la personalidad y la futura trayectoria del profesor. La casa surge frente a un bosque de fresnos muertos, en medio de una vegetación exhuberante. La fachada de piedra roja y argamasa, las elaboradas dovelas, los portalones recios, las ventanas sugerentes parecen ignorar que el viejo molino se derrumba sin remisión. Grandes agujeros y techos derruídos invitan a asomarse a lo que fue la vida en aquella casa y a imaginar. No cuesta nada sentir la presencia de un niño solitario vagando por el monte, saltando sobre las piedras del río, preguntándose, tal vez, qué habría más allá de aquel rincón del mundo.
En la biografía procuraremos reconstruir aquellos años oscuros basándonos en documentos y en los recuerdos de terceros, pero lo que vivió aquel niño apartado de su casa por una decisión que hoy nos resulta incomprensible, sólo podemos atisbarlo con la imaginación. El misterio de ese mundo escondido invita, desde luego, a especular sobre la naturaleza del destino. El hombre en el que aquel niño se convirtió, no habría podido fabular una infancia más adecuada a su leyenda que aquella que el destino, en realidad, le deparó.
La magia de los magos nos sigue asistiendo
jueves, septiembre 20, 2007
Nuevo libro de Miguel Aracil
Enhorabuena y éxito!!!
martes, septiembre 11, 2007
Fassman en Mar del Plata recordado por un admirador
"Hola estimadas Sras. Me presento. Soy Juan Carlos Russo, actual presidente de la Asociación Argentina de Radiestesia, www.radiestesiaargentina.netfirms.com."
En esos años, los alumnos del nivel secundario comercial, compusimos un equipo de ajedrez para competir en los torneos intercolegiales. Varios de nosotros nos interesamos en la hipnosis leyendo libros y efectuamos, con la irrespondabilidad de adolescentes, algunas prácticas con éxito, basándonos en la capacidad de concentración que nos diera la practica del ajedrez. Entre esos libros había uno del Profesor Fassman.
Imaginad que espectativa despertó en el grupo la llegada de semejante gigante internacional de la hipnosis a nuestra Ciudad.¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ Primero fuimos a ver su presentación y quedamos encantados. Cuántas veladas pasamos comentando lo visto.¡¡¡¡¡¡¡ Decidí volver, por segunda y tercera vez, para profundizar y analizar lo que veía.
La tercera vez, encuentro al Profesor Fassman tomando un café en el establecimiento vecino al teatro. Tímidamente, me puse a su lado, le saludé y le pedí permiso para hacerle unas preguntas sobre su actuación. Clavó su mirada profunda en mis ojos como haciendo una radiografía, su capacidad de percepción y conocimiento de lo gestual hizo que, muy cordialmente, aceptara. Luego que le conté lo hecho en base a su libro y lo visto en la representación, se sonrió y me dice: "Solo trato de difundir los beneficios de la hipnosis. Para poder llevar mi mensaje a la generalidad de las personas, debo tener entradas financieras para poder llevar a buen fin mis ideas, debo hacer este tipo de presentación que igual efectúo con todo respeto por el público."
"Maestro," le dije. "Oobservé que Ud. no trae personas previamente preparadas con poshipnosis para hacer más fácil su presentación."
"Es que no acostumbro usar esa práctica," me respondió. "Tampoco lo permitiría este tipo de giras por el mundo. Prefiero hacer pasar un gran número de personas y seleccionar aquellas más sensibles para desarrollar el espectáculo en el tiempo destinado para eso."
"Profesor," continué. "Mi conocimiento sobre el tema lo fui haciendo con algunos compañeros de estudios. Leímos libros, muchos fueron del francés Paul Clement Jagot, y efectuamos algunas experiencias memotécnicas, pruebas de Cumberlandismo, autosugestión, pruebas de sensibilización y varias dehipnosis, incluídas las pruebas con animales como gallinas, conejos, palomas. Pero la velocidad con la que Ud. hace lo mismo es algo fantástico. La prueba del Cumberlandismo extraodinaria y sobre todo las pruebas de fascinación que efectúa en algunos sujetos de manera vertiginosa. Jamás habíamos tenido referencias de algo asi en el mundo."
Fassman esboza una amplia sonrisa ante ese muchacho de 16 años que le interroga y, con tono paternal, dice:
"Mira, en realidad lo que hago es científico pero, algo hay en mi que facilita las cosas. No he cesado de investigar en los temas de la parapsicología. He tenido pruebas personales de ciertas facultades. Pero no todo se presta para un espectáculo en el que la gente busca entretenimiento, sorpresa y emociones nuevas. Me amoldo a la concurrencia y cambio sobre la marcha, según el ambiente en cada función."
Luego dice:
" Ya se acerca la hora de comenzar. ¿Concurres tu?"
"Si, Maestro," le respondí.
"Muy bien nos vemos."
Me extiende la mano y estrecha la mia con vigor, como en todo lo que se le ve hacer, tal era su despliegue su energía.
En el espectáculo me permite ser la persona que le guía por el pulso en búsqueda de un objeto de un espectador que se esconde en las ropas de otro asistente.
Esta prueba la efectuaba de dos maneras según quisiera, con los ojos cerrados, abiertos, vendado y, como en todo, a gran velocidad y con eficacia en los resultados.
Me sentí impresionado porque ese día, la función fue algo más allá de lo visto en las dos oportunidades anteriores. Lo percibí como un obsequio de sus conocimientos.
Fue, es y será un recuerdo imborrable para toda mi vida porque, gracias a sus palabras, pude incursionar en los difíciles y a veces ingratos caminos de la parapsicología.
Juan Carlos Russo
Buenos Aires, Argentina, septiembre de 2007
martes, agosto 28, 2007
portal de magia y mentalismo en la web
viernes, agosto 10, 2007
Fassman entra en la literatura
Hola María.
Por supuesto que podéis incluir lo que os interese en vuestra web, que como bien dices, me tomé la libertad de emplear como fuente a la hora de escribir esta breve historia. En cualquier caso llevaba tiempo intentando averiguar algo sobre Fassman -¡me resulta muy emocionante estar hablando con su hija!- porque el 85% de lo que cuento sucedió en realidad y desde pequeño me intrigó muchísimo su figura. También conocí a gente que decía haberlo conocido, pero ya sabes que hay que andarse al tanto con la credibilidad de la gente, y por eso preferí tomar la información de una fuente cien por cien fiable. Espero que de verdad os haya gustado porque quería hablar de él desde una perspectiva muy respetuosa.
Si os parece bien incluiré en mi página un enlace con vuestra web y añadiré al final del artículo la fuente de información.
Un saludo...
j.m.m.Albiol
lunes, julio 16, 2007
Brillante investigador
Además, nso envió fotocopia de un cartel de la presentación de Fassman en el Teatro Romea de Binefar, el 9 de julio de 1942, en compañía del mago Chang-Fu y de otras atracciones.
Sinceramente, vivimos deseando que la magia de Alain Denis produzca nuevas aportaciones, todas ellas rayos de luz que van iluminando lo que fue una carrera llena de éxitos espectaculares. El optimismo nos hace preguntarnos, ¿habrá alguno de nuestros visitantes que guarde este cartel o sepa dónde encontrarlo? El mejor destino que pueden tener los carteles de las actuaciones del profesor Fassman es, sin duda, el museo-biblioteca que el pueblo de Sort dedicará a su memoria en el 2009.
Gracias otra vez Alain Denis. Su nombre también figurará en ese museo junto al de José María Llàcer y todos cuantos han colaborado y seguirán colaborando de corazón para que nuestro proyecto salga adelante.sábado, julio 14, 2007
La pintura, pasatiempo y obsesión
Eusebio, el mayor de los varones, vivió siempre en su mundo subjetivo y casi siempre a greñas con la realidad. Tenía facultades geniales. Ejerció de sastre en Sort y aún vive quien recuerda que cuando un cliente le encargaba un traje, Eusebio le miraba de arriba abajo con detenimiento durante unos minutos y luego le espetaba la fecha en que estaría listo el encargo. Sólo el que acudía a él por primera vez le preguntaba si no iba a tomarle las medidas. Sus clientes sabían que no tomaba medidas jamás. Tenía a sus ojos por más fiables que cualquier cinta métrica y no se equivocaba. Sus trajes sentaban a la perfección aún cuando el cliente tuviese un defecto físico.
Fassman también pintaba, pero la pintura era para él un pasatiempo, un medio de liberar la tensión que le producía el espectáculo y, más tarde, las consultas y los cursos. Su pintura nunca tuvo ambición ni pretensiones de ningún tipo aunque pintaba casi a diario estuviera donde estuviera. Durante sus giras, el caballete se plantaba en las habitaciones de los hoteles al mismo tiempo que se deshacían las maletas. Tampoco pensó nunca en vender un cuadro. En cuanto daba uno por terminado lo regalaba a sus amigos y empezaba otro sin volver a pensar en el anterior. Hay cuadros suyos en América y en varias provincias de España.
martes, julio 10, 2007
Un sobre escondido nos revela una historia
Por contarlo en orden cronológico, empezamos por un folleto del curso que el profesor Fassman impartió en Caracas en 1970. La fotografía con que iniciamos esta entrada corresponde a la noche en que se celebró el fin de ese curso. Entre los alumnos estaba la profesora Graciela Cárdenas Ramírez. ¿Quién era? ¿Qué dejó? Nos lo cuenta un díptico que se imprimió tras su fallecimiento.
La profesora Graciela Cárdenas creía en sí misma, en su capacidad para se feliz, requisitio indispensable para poder hacer felices a los demás. Lo expresó en su "Creo," un poema escrito para la Cátedra de Desarrollo de la Personalidad de la Universidad de la Tercera Edad.
domingo, julio 08, 2007
Vuelve Fassman, el hipnotizador de multitudes
Una de estas imágenes tiene para nosotros un significado especial. Es el primer cartel que hemos encontrado en el que aparece Fassman con la que entonces era su esposa, Deyka.
Encontrarán más información sobre esta mujer extraordinaria en ¿Quién era Deyka?
Sin duda alguna, José Mª Llàcer merece un lugar destacado en los agradecimientos de la biografía del profesor Fassman.
viernes, junio 29, 2007
Fassman, ese hombre extraordinario
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Otra vez nuestro agradecimiento al profesor Marín de quien próximamente publicaremos una colaboración en la página "Temas" de la web.
Memoria mágica
Además de su trabajo como bibliotecario de la S.E.I., Alain Denis lleva su espectáculo de magia por diversos escenarios. Podeis contactar con él en aladin@eresmas.net.
Tarde mágica
Y no hace falta ser ilusionista para dejarse embargar por la atmósfera de Selecciones Mágicas. Basta tener un vestigio de ingenuidad infantil para disfrutar de esas experiencias que nadie disfruta como los niños; la experiencia, en este caso, de entrar en una tienda de otro mundo y otro tiempo, en la que todo parece posible. Ese mundo se encuentra en la calle Enamorats, 124 de Barcelona.
jueves, junio 07, 2007
Nuevo artículo en la web
Ex-alumno curso 1974 en Méjico
Saludos desde México:
En 1974, estudié en el Instituto Fassman de Barcelona, tengo orgullosamente el Diploma firmado por el Profesor. Como resultado del curso he logrado muchos éxitos tanto profesionales como personales, siempre le recuerdo con cariño y menciono en los Seminarios de Ventas que mi vida se divide en dos: antes del curso y después del curso que tomé con el Profesor Fassman.
Lo que deseo es que me informen como puedo conseguir los libros del >curso que nos entregaron, porque con los translados de paises me los extraviaron. Les agradezco la respuesta.
Saludos cordiales,
Julio Basualdo
lunes, mayo 28, 2007
Fassman y la política
martes, mayo 22, 2007
No hemos podido cumplir
miércoles, mayo 09, 2007
Manuscrito sustraído
A finales de los ochenta, el profesor Fassman recibió, en su casa de Sort, la visita de una pareja de mediana edad que venía recomendada por una tercera persona. Esta pareja, marido y mujer, ofrecía unos servicios muy particulares. El marido, pintor, hacía el retrato al óleo del cliente, mientras la mujer, escritora, escribía su biografía. El profesor les recibió con la cálida hospitalidad con que recibía a cualquiera que se acercara a su casa -fuera alumno, amigo, conocido o desconocido- enseñándoles los alrededores y permitiéndoles hacer cuantas fotografías quisieron. Aceptó los servicios del hombre, lo que se tradujo con el tiempo en un retrato al óleo, pero no pudo aceptar los servicios de la escritora porque, como le dijo, él ya tenía escrita su autobiografía desde 1981.
Años más tarde, pocos meses después del fallecimiento del profesor, apareció el libro "Un hombre llamado Fassman," publicado por la Hormiga de Oro. En la introducción, la autora del libro presentaba el contenido como la memorias del profesor Fassman obtenidas por ella a tráves de largas conversaciones con el profesor. El texto llevaba intercalados párrafos en cursiva en los que el profesor narraba en primera persona ciertas anécdotas de su vida y aportaba algunas reflexiones.
En cuanto el libro cayó en nuestras manos nos dimos cuenta de que se había utilizado el material del manuscrito de 1981. El profesor Fassman guardaba una copia en su despacho y, después de su fallecimiento, esa copia había desaparecido. En aquel momento, no dimos importancia a la desaparición porque supusimos que se la había llevado un familiar cercano y porque se trataba de una copia. El manuscrito original, con anotaciones de puño y letra del profesor Fassman, había estado siempre en nuestra casa.
Interpusimos una denuncia por sustracción de la copia y plagio. No nos movió en ese momento el que alguien quisiera lucrarse con el nombre de Fassman. Esa escritora no era la primera que lo intentaba ni sería la última. Al fin y al cabo, la sociedad en que vivimos impone unas exigencias durísimas y cada cual tiene derecho a ganarse la vida como quiera y pueda siempre que no conculque derechos ajenos. Lo que nos indignó y nos llevó a actuar en el acto fueron las correcciones y las interpolaciones introducidas por la escritora.
Como explicamos en "Quién era Fassman," el profesor había encargado la redacción de sus notas a su hija. El profesor nunca quiso publicar el manuscrito resultante porque sabía que no era más que una recopilación de anécdotas poco significativas y apenas ligadas que en ningún caso permitirían al lector aproximarse a su personalidad, entender sus actos, seguir su pensamiento. Y no podía ser de otra manera porque el profesor no quería publicar nada que pudiese incomodar a personas que aún estaban vivas. Esto dejaba fuera cualquier referencia a su vida privada. Eliminado el ámbito donde una persona se da a conocer con mayor espontaneidad, sólo quedaba la imagen pública. Pero hasta esa imagen salía desvirtuada por todo lo que el profesor se quería reservar.
"Un hombre llamado Fassman" se basaba únicamente en el contenido del manuscrito sin ofrecer información adicional alguna. Las correcciones introducidas a la notas de mi padre, citadas en primera persona, le atribuían un lenguaje ampuloso que nunca fue su modo de decir. La narración seguía la línea del manuscrito, pero con interpolaciones poéticas que edulcoraban el texto original, frases manidas que lo vulgarizaban y errores gramaticales y de ortografía que lo convertían en una chapuza.
En cuanto la denuncia fue notificada a la escritora, el marido se presentó en mi casa y me pidió que le enseñara las pruebas que pensaba presentar para sostener mi acusación. Le enseñé el manuscrito original con las notas de puño y letra de mi padre. Al día siguiente, el familiar que se había llevado la copia del despacho de mi padre, la había entregado a la escritora para que introdujera algunos cambios y había sufragado la publicación de "Un hombre llamado Fassman," se comprometió a retirar todos los ejemplares que se estaban vendiendo en el local de la Hormiga de Oro en Barcelona. Por respeto a la memoria de mi padre, no quise llevar el asunto más lejos. Los ejemplares se retiraron. Quedan por ahí los que ya se habían vendido y copia de uno de ellos ha vuelto a nuestras manos por cortesía de Genoveva Puiggrós que lo compró hace años en una librería de viejo.
Quien tenga el libro sabrá el nombre de la escritora. No queremos mencionarlo en esta entrada porque, al fin y al cabo, la señora no hizo otra cosa que realizar un trabajo y percibir los justos honorarios. El marido alegó que ella desconocía la procedencia del manuscrito que se le entregó y no tenemos por qué dudarlo. Por otra parte, la escasa calidad del trabajo no significa que la señora no pudiera escribir algo mejor. Bien le salió tomando en cuenta que el profesor falleció en el mes de junio y el libro se publicó en el mismo año. Por nuestra parte no queda sentimiento negativo alguno hacia esta profesional.
Y como no hay mal que por bien no venga -dice la sabiduría popular- a lo que el profesor agregaría, si uno sabe extraer de un mal, un bien, aquellas notas que dictó pasan ahora a formar parte de un podcast que él ya no puede grabar con su voz, pero que otra voz lee respetando su modo de decir, lacónico, preciso. Finalmente saldrá su biografía tan completa como sea posible, pero también, carambola del destino, saldrán esas notas que sólo pecaban por defecto, incompletas para no molestar a los demás.
domingo, mayo 06, 2007
Fassman y Chang
La voz apremiante de mi madre me devolvió al vestíbulo vacío que aquella noche debía estar iluminado, pero que siempre he recordado en penumbra. No habíamos llegado pronto. Habíamos llegado tarde y el espectáculo ya había empezado. Los ojos apenas se me detuvieron un instante en las luces de escenario. Toda mi atención se fue a las filas de butacas vacías que íbamos recorriendo. Se me encogió el corazón. Hubiera querido quedarme al fondo, en la parte más oscura, donde pude distinguir unas tres o cuatro cabezas, pero el acomodador y mi madre no se detuvieron hasta llegar a la tercera fila del centro. El anciano vestido con una vieja túnica de mandarín nos miró desde el escenario. Nos miró también la única ayudante, vestida con una túnica raída, arrugada, algo sucia. Me sentí como si el espectáculo fuéramos mi madre y yo, como si a los del escenario les produjera asombro que estuvieramos allí El dolor que me causó aquella imagen de decadencia y fracaso grabó ese primer instante en mi memoria y ya no pude recordar más tarde ni los números anticuados ni los instrumentos desportillados ni la entrevista que tuvimos después del espectáculo. De la cara de Chang sólo se me quedó la profunda tristeza con que miraban sus ojos orientales.
Uno o dos años más tarde, volví a ver el nombre de Chang en una carta que recibí de mi padre. Sus cartas me contaban siempre lo que hacía y venían acompañadas de algún recorte de prensa y de folletos de conferencias o de sus cursos en Suramérica. La que mencionaba a Chang me sorprendió. El profesor Fassman ya había empezado sus cursos de Dinámica Mental y se había retirado de los escenarios. En esa me decía, sin embargo, que se estaba presentando con Chang en el Teatro Barcelona de la ciudad condal. Se me encogió el corazón. ¿Qué le habría sucedido a mi padre para tener que participar de pronto en un espectáculo de ilusionismo con el anciano derrotado que yo había conocido en Puerto Rico? No pregunté nada, por supuesto. Años después, la esposa de mi padre me contó una anécdota que me conmovió. Estando de paso en Panamá, mi padre se había encontrado con un viejo amigo, el mago Chang, un mago que había sido muy famoso, pero que en aquellos momentos estaba enfermo y sin trabajo. Fassman contrató a Chang, le trajo a España, montó un espectáculo, se presentó con él en el teatro Barcelona para que Chang volviera a disfrutar del triunfo y le trajo a Sort para que disfrutara de una vaciones.
Hay que recordar que la televisión fue restando público a los teatros y a los cines. Los espectáculos de magia y mentalismo acusaron más el golpe, podría decirse que en proporción directa a la pérdida de la inocencia por parte del público. Magos y mentalistas empezaron a sufir muy pronto la dolorosa experiencia de actuar en teatros casi vacíos, sin que tuviera nada que ver su calidad profesional. Chang fue uno de los magos más importantes de su tiempo y las circunstancias que tuvo que compartir con tantos otros al final de su carrera, no han conseguido hasta hoy empañar su fama en la historia del ilusionismo.
Gracies amigo Llácer por brindarme la oportunidad de adelantar esta nota biográfica. La vida del profesor estuvo salpicada de anécdotas de este tipo. Ayudar a un amigo en apuros era para él una obligación y muchas veces se implicaba personalmente ayudando de un modo muy original.